Tengo yo por Méndez Vigo
una querencia especial
por lo bien que se maneja
con la prensa en general.
Como portavoz en vivo
y en directo, no plasmal,
nos saca de apuros turbios,
y eso está bien, que no mal.
Su sonrisa es complaciente,
su talante, arciprestal,
las manos las mueve justa-
mente en la postura oral.
Y es por demás comedido
en su exposición gestual
cual ilustre descendiente
de porte y sangre real.
Dichosos, pues, los oídos
que escuchan su voz puntual
cada viernes de Consejo
de ministros rajoyal.
Vaya por Méndez de Vigo
y su elocuencia verbal
un aplauso sostenido
del gremio testimonial.
La oposición trina y trina
contra el cormorán axial,
pero él sabe mantenerse
guapo, impoluto y lustral.
¿Qué pasará este verano
de luz y sol espectral?
Pues acaso nada triste,
nada espeluznante y tal:
Puigdemont soplará humo
y el Junqueras carcamal
bizqueará y quedará mudo
como en él es habitual.
Y la Catalonia nuestra
se mantendrá en el panal
de la rica miel del gasto
sin contribución legal.
Iros, pues, de vacaciones.
De vacaciones están
todos los justos de España
y al redil retornarán.
Clase, clase es lo que espero
del Íñigo magistral
por su labia y su nobleza
de trato educacional.