Rafael López Charques

Cavando su tumba

Cavando su tumba
Turistas. PD

Ha aparecido una nueva forma de atacar a España, atacar al turismo. Una importante fuente de ingresos, que genera cientos de miles de puestos de trabajo. Empezó en Barcelona y se está extendiendo por otras zonas de lo que, en un futuro, sería ese añorado paraíso terrenal denominado Països Catalans. Incluso ya ha tenido su reflejo en Euskadi. ¿Casualidad?

Si esto sigue, y es muy posible dada la permisividad y, porque no decirlo, la complicidad de algunos sectores sociales, más claramente fuerzas políticas, puede traer como consecuencia el hundimiento, en mayor o menor grado, de ese sector, tan importante en la economía española, incluida la catalana.

En que los turistas vayan a un país influye su clima, su belleza, sus instalaciones, la afabilidad y cordialidad de la gente, pero también, de forma importante, la tranquilidad y seguridad de que gozan en el mismo.

Es posible que el turismo masificado cause algunos problemas en determinadas localidades, pero si en verdad lo que se quiere es evitarlos, lo lógico y racional es hacer un estudio serio de los mismos, detectando las causas y proponiendo soluciones, nunca atacarlo salvajemente, ya sea en sus personas o bienes.

Desde luego estoy de acuerdo en que no se puede consentir, de ningún modo, el mal llamado turismo de borrachera; digo mal llamado porque esos no son turistas, son salvajes extranjeros, que ciertamente los hay.

Curiosamente las bandas que han actuado contra el turismo son, en su mayor parte, asociaciones juveniles encuadradas en fuerzas tanto independentistas o anti sistema, como próximas a ellas.

¿Qué pretenden con ello? Seamos realistas, no solucionar los problemas que pueda plantear el turismo, para ello harían el correspondiente estudio apuntado anteriormente, sino simple y llanamente, crear miedo, caos si es posible, y que a España se la vea como una nación apestada y peligrosa. Esto facilitaría a los secesionistas, llegar a su paraíso terrenal.

Hemos llegado fondo de la cuestión. Por eso, esa gente tiene tanto la tolerancia, como el apoyo más o menos encubierto de los separatistas.

Recuerdo una escena de la película Cabaret. Están los dos amigos, uno inglés y otro alemán en una cafetería, y el inglés pregunta al alemán: ¿Por qué en Alemania hay gente que protege y ayuda a los nazis? -Para que nos ayuden a acabar con los comunistas- responde el alemán. ¿Sí?, replica el inglés, ¿Y quién os ayudará a acabar con los nazis?

Separatistas catalanes, con tal de echar a España, hacéis la vista gorda y protegéis a los anti sistema. Si llegase una Cataluña independiente, cosa que nunca ocurrirá, ¿quién os ayudará a echar a los anti sistema?

No viváis equivocados secesionistas, si llegase vuestro paraíso, los anti sistema querrán no solo su trozo de pastel, sino la tarta entera. ¿Creéis que van a permitir una Cataluña en manos de la burguesía? Ellos si se convertirán en burgueses, repásese la historia, pero primero acabarán con vosotros. Entonces, hasta seríais capaces de alegar un habitual comportamiento leal y honesto con el resto de España, para pedirle ayuda.

Sinceramente os creía más listos, estáis cavando vuestra propia tumba.

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