I
Digo: en mi ya larga vida he cometido
Errores y he dicho sandeces a mansalva;
Me pueden de todo acusar, menos de ser un malva,
Y aunque parezca mentira, estoy arrepentido;
Sigo: no lo parece, pues no tiene sentido
Que diga que la Robles la testa tiene calva
De ideas, cuando ni san Pedro Sánchez la salva,
-Si se la ve y acaso se le presta oído,-
De sus tres caras, que mueve a placer: la respuesta,
Jurídica ayer, hoy política, y más ambigua
Aún mañana, que ha dado a entender
A la pregunta del Pp: ¡toda una gesta
Del Sí y del No y del no se sabe!… Uno se santigua,
Y acabo: si algo claro está es que… ¡no es de ver!.
II
Lo que faltaba: que la Montero,
La Forcadell y la vieja Carmena,
La Anna Gabriel y una larga cadena
De alumnas, con nota media un cero
En Política, le pongan su pero
Cada cual al Constitucional… Pena
Que éste no las meta en la trena,
Si a la sin hueso dan paso ligero;
En cuanto tienen pantalla o antena,
De la inopia se les hincha la vena
Y se convierten en el coladero
De la incultura y en el reguero
De la estupidez… Su última cena,
Pues el 1-0…¡se les va a ver el trasero!.
III
¿Sabe usted leer, señora Montero?:
¡Qué sí!,…Pues si es verdad y no miente,
Aunque se muerda la lengua con un diente,
Léase despacio el artículo primero
De la Constitución y a paso ligero
También el segundo,… y si es evidente
Que los entiende, por favor se me siente
Y deje de cantar el Porompompero;
Le daré de nota un sobresaliente
Si abandona ese tono rastrero
Y habla como normalmente la gente,
Sin arranques… Me quitaré el sombrero
Y me alegraré, siéndole sincero,
Si de callarse le da… ¡un repente!.