ANTONIO BURGOS

Antonio Burgos desnuda a los independentistas contando sus mentiras

Se acabó el tiempo de lo políticamente correcto

Antonio Burgos desnuda a los independentistas contando sus mentiras
Cataluña y el adoctrinamiento independentista en las escuelas catalanas. CT

Exigen el famoso «derecho a decidir»... que ellos mismos no conceden a los demás

La situación en Cataluña ya no puede estar más enconada, pero no todo lo que cuenta el independentismo tiene una sola lectura, ni muchísimo menos.

Que le pregunten al periodista Antonio Burgos, que este 20 de septiembre de 2017 se despachaba a gusto en su columna de ABC enumerando todas las mentiras que delatan a los separatistas:

  • ESTO incluso tendría su gracia si no anduviésemos todavía por la fase de la tragedia, según la conocida frase de Marx. No Groucho, ahora el más citado, sino Karl: «La Historia se repite una vez como tragedia y luego como farsa».
  • Exigen el famoso «derecho a decidir»… que ellos mismos no conceden a los demás.
  • Exigen el derecho a decidir a los mismos que multan a los comerciantes que quieren rotular sus establecimientos en lengua española. Te crujen si ejerces tu derecho a decidir poner en la muestra de tu comercio lo que te salga del alma y escribes: «Casa Paco, tapas y raciones, especialidad en cola de toro».
  • Exigen el derecho a decidir los mismos que impiden que los padres puedan decidir que sus hijos vayan a una escuela pública donde enseñen en español, y que la lengua vehicular sea la de Cervantes… o de Vicens Vives.
  • Exigen el derecho a decidir los mismos que no permiten que puedan optar a hacer oposiciones a un puesto de funcionario en la administración autonómica quienes no tengan ni idea de catalán, entre otras cosas porque acaban de llegar a esta parte del antiguo Reino de Aragón y no lo tienen como respetabilísima y cooficial lengua materna.
  • Exigen el derecho a decidir los mismos que se lo niegan al Gobierno de Madrid para exigir que no se gaste ni un euro de dinero público en la peligrosísima aventura secesionista de convocar un referéndum que ya ha sido declarado ilegal y prohibido por el Tribunal Constitucional.
  • Exigen el derecho a decidir los mismos que le conceden toda autoridad al pleno del Parlamento catalán, mientras se la niegan al mentado Tribunal Constitucional y se pasan por el forro de la «estelada» (por este lado y por el otro lado) la declaración de ilegalidad del referéndum y de las llamadas «leyes de desconexión» aprobadas de aquella manera.
  • Exigen el derecho a decidir los mismos que se lo niegan a los alcaldes a los que no les ha dado la gana de sumarse al aquelarre de la farsa colectiva del referéndum de las urnas de cartón (o compradas en los chinos) y de las papeletas de Ikea autoconstruidas por los propios votantes.
  • Exigen el derecho a decidir los mismos que ponen en vengativos carteles de escarnio público, señalándolos poco menos que como traidores, a esos alcaldes que han tomado una opción tan libre como ellos dicen que es la suya.
  • Exigen el derecho a decidir los que sin referéndum, como las fatiguitas que tuvo que pasar Andalucía el 28-F para lograr la suya, tuvieron plena autonomía desde el mismo momento de la llegada de Don Juan Carlos al Trono de España y del señor Tarradellas al aterrizar en el reconocimiento de los llamados derechos históricos anteriores a 1939: «Ja sóc aquí».
  • Exigen el derecho a decidir los que consideran libertad de expresión largar cuanto quieran contra España, la Constitución de 1978, el Rey, contra la bandera nacional y contra el sursum corda, pero no consienten que los demás opten por defender justamente los símbolos de esos principios elementales que nos han consolidado como una democracia europea a la altura de nuestro tiempo.
  • Exigen el derecho a decidir los mismos que niegan que el Gobierno tenga el suyo a aplicar las leyes, empezando por la propia Constitución que, como dije el otro día, se han saltado a la torera aunque hayan prohibido la Tauromaquia.
  • Exigen el derecho a decidir los que hasta han archivado su propia bandera autonómica cuatribarrada, adoptando como un desafío la copiada de Cuba o Puerto Rico, con la que quieren arrearle tal bofetada a la Unidad de España que vea las estrellas.
  • Por todo lo cual algunos exigimos al Gobierno que decida ejercer cuanto antes todo el poder del Estado, en corto y por derecho, contra los que se saltan las leyes a la torera.

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