Santiago López Castillo

A río revuelto…

A río revuelto...
Santiago López Castillo. PD

Se ha desbordado el Ebro, que nace «en tierras extrañas» al no ser en Cataluña y, sí, se confirma que Colón es catalán por los cuatro costados al igual que Hispanoamérica toda si no fuera porque hablan español, no castellano, merluzos. A río revuelto, ya se ha apuntado la sanguijuela de Urkullu que está a la peseta y a las tajadas y al chiquito. De modo que ya están en comandita los gananciosos pescadores con pincho, garfio y toda clase de artes (malas, se entiende). Los moscones se arremolinan sobre las aguas fétidas que desprende el Estado: aragoneses, baleares y no olviden el movimiento independentista canario que lideró Antonio Cubillo en 1964, el MPAIAC. Bueno, y Cartagena, Alcobendas, Móstoles e incluso el barrio madrileño de Ciudad Lineal, que tuvo en tiempos equipo de fútbol en Segunda División.

He observado detenidamente las imágenes de los sediciosos (frames en lenguaje televisivo) en Barcelona porque la Justicia exigía castigo a la rebelión. Por cierto, delito muy sancionado en países como el nuestro donde los partidos comunistas están ilegalizados a larga distancia. Aquí -pese a la gravedad del golpe de Estado independentista- se arremolina la chusma en actos y gestos propios de la revolución caribeña, que no madura. Y se ha trasladado toda la basca etarra rememorando la gloria batasuna y olé, Otegui, hombre de paz y mis cojones, con perdón.

Unos y otros se han dado fraternalmente la paz, y en esas que ha llegado el chico de la coleta, que algún familiar tuvo en los desórdenes y bandas terroríficas. Me estremeció ver esas imágenes de niños haciendo de escudos humanos para contener a los servidores del Estado, quemados sus automóviles-patrulla (guardia civil y policía nacional). Acciones que en cualquier país democrático tendrían un severo castigo. Por cierto, poner al frente de este terrorismo callejero y más a un coronel del Ejército se me antoja un gesto de efectismo pero poco efectivo. Se busca un muerto.

Asimismo, y en este sentido, hay que subrayar la hostigación del clero catalán a favor del independentismo. Igualito que el obispo Setién en San Sebastián.

Es cuando las fauces de Sánchez babean añorantes de la Moncloa. En comandita con los independentistas, los marxistas-leninistas, la polla en verso… Rajoy no nos representa. Y ustedes menos. País.

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