Basta ya, memos de palacio y barretina. Y de la torre. También de la puta, signo de distinción de los señoritingos de derechas, que ahora tienen derecho a decidir la dirección de una polla. Pues miren, mitómanos catalinos: ustedes adeudan al Estado la nada desdeñable cifra de 52.400 millones de euros. Y vengan «embajadas», y nepotismo desilustrado (no conocen la historia), y visitas y más visitas por el extranjero, como si fueran nación, con Antoñita la fantástica de presidenta del Parlament, cuatro sectarios con butifarra y barretina. Mientras, las farmacias se desnutren de medicamentos y las empresas levantan el vuelo ante esta revolución inventada y ya no cabe un moroso más.
Pero callan el saqueo de los Pujol. Lo importante es el Palau y el FC Barcelona, que es más que un club por lo sectario y prepotente, con un tal Piqué al que se le derriten las mientes por su nacionalismo. Deberá ser por las calenturientas contusiones de Shakira con sus correspondientes gorgoritos. Callan los robos a manos llenas de Pujol & cía., ¡viva el 3%! ¡Qué digo el 3, si fue el 6%! La pandilla de Jordi y el trinque -según han revelado los medios- eran conocidos por la «Sagrada Familia», con Gaudí de contemplador; qué buen epíteto para una corte de cristiano-demócratas, ora pro nobis.
– ¿Qué dicen de mí los socialistas…? -me preguntaba Jordi Pujol cuando venía a Madrid a los plenos del Congreso.
No los tragaba. Pero le salvaron de Banca Catalana. ¿Qué frágil es la memoria de los independentistas de salón? Manipular a unas mentes tiernas, de 5 ó 6 años, infanticidio, criminalidad. Cataluña, juntamente con las provincias vascongadas, fue la región más potenciada por el franquismo. Allí se instaló la SEAT, y de allí salieron los fornidos 600 que aun hoy -tal vez de forma nostálgica- todavía ruedan algunos por nuestras carreteras. Y la industria textil. Y el turismo que agrupaba el deporte de invierno de Baqueira/Beret. Impulsor de la industria turística fue Fraga Iribarne con los atrayentes paradores (ahora se ha remozado el de Lérida) y aquel eslogan que dio paso a un concurso televisivo titulado «El amor se da cita en Playa de Aro».
Y sobre el idioma, jamás el catalán fue prohibido por el régimen. Cosa bien distinta era considerarlo lengua oficial como contempla la Constitución del 78. Y los cantantes cantaban en catalán (Luís Llach, Raimon, Serrat, María del Mar Bonet …).
Cataluña, en fin, nunca fue robada. Unos compatriotas sí robaron a manos llenas las arcas en pos del independentismo. Tristeza me da ver el espectáculo de estos fanáticos nacionalistas y, sobre todo, poniendo a unas criaturas de escudos humanos. ¿Dónde están esas asociaciones de padres y esas feministas que dicen defender a los hijos? Compruebo la propensión a la cursilería de la izquierda añorante y su amor a la más huera solemnidad.