Y de la montaña salió un ratón disfrazado. Carles Puigdemont, el presidente de la «Generalitat», decidió ayer dar apariencia de marcha atrás en el proceso de sedición encaminado a procurar la independencia de Cataluña. Aparentemente el proceso quedaba anclado en el limbo. En un discurso reescrito a resultas de las múltiples presiones recibidas desde dentro y fuera de España, Puigdemont, tras proclamar la independencia, anunció acto seguido, la suspensión de los efectos de la proclamación.
Una finta que perseguía abrir un período de diálogo con el Gobierno central. Es la conocida como «vía eslovena». Por el proceso seguido por aquel país balcánico en ocasión de la crisis que dio pie a la guerra primero a y la posterior independencia de los diversos territorios que formaban Yugoeslavia. Eslovenia consiguió que Europa reconociera su independencia pero aquél proceso se saldó con medio centenar de muertos. Volviendo a la puesta en escena de Puigdemont, resulta que la historia tenía truco. Al tiempo que en el pleno se anunciaba la suspensión de la independencia que se acababa de proclamar, fuera ya del Hemiciclo, pero dentro del recinto del «Parlament», los diputados de Junts x Sí y la CUP firmaban un manifiesto a favor de la proclamación de la independencia. «Sostenella y no enmendalla» o relato para Franz Kafka. Con una mano, Carles Puigdemont echaba el freno (lo que, en apariencia, le ponía a cubierto de las posibles iniciativas sancionadoras que pudiera adoptar el Gobierno), mientras que con la otra firma un manifiesto a favor de la independencia de Cataluña. Un texto huérfano de virtualidad puesto que no pasó por el registro de la Cámara autonómica. ¿Estamos ante la tradicional doblez de los nacionalistas o ante un intento de engaño a los suyos? Me inclino a pensar que es un guiño hacia la parroquia independentista, una fórmula improvisada para intentar disimular una derrota. La doblez exhibida por Puigdemont no tendrá recorrido puesto que tras reunir el Consejo de Ministros, el Presidente Mariano Rajoy -como paso previo preceptivo a una posible aplicación del Artículo 155 de la Constitución- ha requerido al presidente de la «Generalitat» para que aclare si ha declarado o no la independencia de Cataluña. De la obligada respuesta de Carles Puigdemont se derivará o no la aplicación de un artículo que transfiere al Gobierno la potestad de intervenir el gobierno de la comunidad autónoma. Pronto saldremos de dudas.