No sé si somos conscientes de lo que podemos estarnos jugando, lo que puede estar en el horizonte, aunque nos parezca lejano. Si entramos en una dinámica-dialéctica de acción-reacción-contrareacción-contracontrareacción.
No niego que el legítimo gobierno y Estado tenga que tomar las medidas racionales y pautadas que la Ley indica. Pero como modesto articulista y modesto librepensador quizás sea necesario recordar algunos hechos o datos o conceptos o percepciones.
A. Principios o axiomas de enorme preocupación:
– Recuerdo una entrevista, hace más de dos décadas, no recuerdo el nombre del entrevistado, creo un coronel del ejército, que el entrevistador le hizo la siguiente pregunta: «Puede suceder en España lo que ha sucedido y está sucediendo en Yugoslavia?».
Y la respuesta que dijo, fue algo similar o parecido a lo siguiente: «Si se ponen las circunstancias y las condiciones y se dan los pasos, sí».
Durante años he estado pensando en esa respuesta y en esa pregunta. Temiendo que se fuesen poniendo los pasos, para que pudiera suceder algo similar.
– En el Diario Lanza, en papel, del día 29 de septiembre de 2017, en una entrevista al señor J.A.R.C., experto en intervención policial y, que estuvo es Bosnia dentro del cuerpo de las fuerzas de seguridad de la ONU, en la página 11 indica lo siguiente:
«Veo tantas similitudes entre lo que está sucediendo en Cataluña y en los Balcanes que me inquieta. Los pasos, la forma, todo. […] entre personas que hablaban la misma lengua y que habían vivido unidos en la Yugoslavia de Tito. Se dijo que era un conflicto religioso pero no fue así, todas las personas que yo conocí allí no sabían nada de religión,, no había leído nunca el Corán y jamás rezaban, hasta que alguien empezó a decirles que eran distintos a los otros».
[…]
«En Bosnia fue así. Un parlamento que saltándose las normas de la Federación Yugoslava celebra un referéndum, establece una ley de transitoriedad, una ley de referéndum. El resultado fue un 53% a favor de la independencia de Bosnia y un 43% en contra, y con esas diferencias mínimas se decidió unas elecciones, prohibidas por el gobierno central de ese momento, lo mismo que aquí, con tumultos e intervenciones de la policía».
«¿Es una hipótesis descabellada que eso pueda pasar aquí? Yo pienso que no. Ellos también pensaban que sí. […] Cataluña es lo más parecido a Bosnia. La sociedad está partida, el parlamento es una cosa muy peculiar, la mayoría política la tienen los partidos independentistas, pero los votos los tienen otras fuerzas».
B. Consecuencias.
Ante estas dos opiniones o ideas antes indicadas, seriamente, no sé qué se puede comentar más o aclarar más o decir o indicar o deducir o inducir.
– Pero una enorme serpiente de tristeza y preocupación ha recorrido y está recorriendo la Península Ibérica, desde hace unos meses, especialmente desde hace unas semanas.
– Docenas de generaciones hemos vivido en esta Península formando un único Estado, no hay diferencias graves, ni de importancia entre los humanos que habitamos aquí en la Piel de Toro, las diferencias son nimias y mínimas, hay multitud de grandes diferencias, entre ciudadanos de otros Estados, y forman un Estado, por ejemplo, Rusia, India, China, Estados Unidos, etc.
Pero tienen la voluntad de ser un Estado, porque saben que eso es lo que les permite tener soberanía real, soberanía teórica y real suficiente, es decir, fuerza, fuerza a y en todos los sentidos.
– Alguien que quiera vender una propiedad, tendría que conocerla. Me pregunto, si los cientos de miles de personas que quieren dividir el Estado y separarse de otras regiones del Estado actual, conocen, conocen mínimamente otras regiones, me pregunto, si esos cientos de miles de personas han visitado, con tranquilidad y respeto, durante varias semanas, las tierras-geografías de la Mancha, de Castilla, de Extremadura… y hayan visto con sus ojos, las realidades geográficas y humanas, lo bueno y lo menos bueno.
– Quizás, en el fondo todo sentimiento-emoción, que tiene mucho componente irracional, y algo de racionalidad, sea «cuestión de amor y de amar o de querer…».
Se han puesto alguna vez, en situación de «analizar no solo las pequeñas diferencias, sino todas las igualdades y simetrías que tenemos». Se han puesto en la situación de «querernos o de estimarnos o de valorarnos al resto de personas que vivimos y existimos también en Celtiberia».
Quizás, no estemos tan desarrollados industrialmente, quizás, en muchos aspectos estemos aparcados-dormidos, digamos a nivel de emprendimiento industrial, quizás necesitemos cambiar la mentalidad. Pero en una familia, un Estado en el fondo es una Gran Familia, hay hijos y primos y hermanos y suegros y yernos y nueras y consuegras que tienen distintas potencias-parámetros-valores-talentos. Pero entre todos se ayudan y se necesitan y se socorren, unos pondrán un aspecto, otros, pondrán otro…
– Reitero, una y otra vez, hay que pensar en los bisnietos, y no en los abuelos o bisabuelos, «lo que sucedió en la cruenta y salvajes acontecimientos de hace ocho décadas, en las que todos perdieron, incluso los que ganaron».
No hay familia en Iberia, no hay familia que no perdiese a alguien, no hay familia que no se le hiciese un mal enorme, por parte de unos o de otros, o incluso de ambos, y en esto siempre recuerdo a la viuda de Miguel Hernández, su marido-esposo y su padre.
Pero debemos pensar en el futuro, pensar en nuestros nietos y biznietos reales o posibles o potenciales. Pensar en construir y no destruir. Pensar en superar nuestros traumas heredados durante décadas de una generación a otra. Reconciliarnos con nosotros mismos. Por el bien propio, por el bien de nuestras familias, por el bien de nuestros descendientes que quizás ni siquiera hayan nacido todavía.
– Hasta la saciedad en estos artículos he explicado el «síndrome de Aníbal», «el síndrome de Torquemada», y hasta la saciedad he indicado razones-motivos-argumentos, de la realidad real y potencial de los peligros e incertidumbres del Mediterráneo, del Mundo Globalizado, de los peligros internos diversos, etc.
– Millones de personas han emigrado dentro de la Península Ibérica en estos ochenta años, unos a una región diferente, otros fuera del Estado, otros a una ciudad cercana o lejana. Quizás más de la mitad de la población actual, sus abuelos y padres no eran de la ciudad en la que ellos están viviendo o existiendo, ni siquiera de la misma provincia o región…
Pero este fenómeno, unos lo toman como una realidad social, quizás imposible de evitar, y otros, quizás lo perciben con cierto resentimiento, hacia unos y hacia otros.
Quizás esto que nunca se indica, está en el fondo de cierto resquemor-rencor-inquina-pseudointerpretaciones. Y esto como todo hay que curarlo, otras sociedades-países-Estados europeos, sus poblaciones pasaron de la fase preindustrial a la postindustrial, en cinco o seis generaciones, es decir, desde 1800 hasta 1950 aproximadamente, la Península Ibérica, pasó de la era preindustrial a la postindustrial, quizás en dos generaciones, nuestros abuelos eran población rural con la mentalidad rural, y nosotros, los nietos, somos y vivimos y habitamos en un mundo postindustrial.
Y esto no hemos sabido asimilarlo de forma correcta, interpretarlo y reinterpretarlo de forma adecuada, según el saber ortodoxo, es decir, las ciencias sociales. Y esto es un motivo de tomar decisiones equivocadas, «encerrarnos en nuestro terruño, sea geográfico o ideológico y creer que en ello está la salvación». No siendo conscientes de que estamos en el siglo veintiuno…
– No quieran algunos pasar a la historia, que sus nombres se graven en las mentes de generaciones futuras, no quieran que les hagan plazas y calles y monumentos a sus nombres, como grandes liberadores, como Washington o similares. No quieran por ese deseo o pasión tan profunda, según la Jefa de Gobierno de Israel, que decía más o menos que «la pasión por el poder político es más profunda que la pasión sexual». Siendo la sexual como ustedes saben casi ilimitada, según algunos.
No caigan en esa tentación, por pasar a la historia llenar de dolor-sufrimiento-incertidumbre-angustia y pena a millones de personas, con consecuencias nefastas para generaciones y siglos…
– Para concluir, durante meses, desde la filosofía sociopolítica he estado publicando y escribiendo en este medio, intentando buscar-expresar razones y argumentos para que la racionalidad-prudencia-sentido común-moralidad imperase, pero esto cada vez se está complicando más y más. Cada semana la tristeza aumenta y cada semana el pan está más avinagrado-salado-agriado entristecido-angustiado, no solo por el presentes, sino por los posibles futuros negativos.
Y yo, ya no tengo más argumentos, después de varias docenas de artículos, para mostrar y demostrar que unidos seremos más fuertes, tendremos más soberanía real y teórica, y tendremos más futuro, porque unidos, nuestras pequeñas diferencias podrán defenderse mejor, tendremos más sinergias positivas. Separados, las vulnerabilidades e incertidumbres se amplifican, separados tendremos más sinergias negativas y, como decía un banquero español, es más fácil que nos devoren y nos devoremos desde dentro y desde fuera.
Hermanos catalanes, hermanos vascos, hermanos gallegos, hermanos…, no se pongan las piedras en el camino, para que esto pueda terminar como Yugoslavia, os lo pido de rodillas. Aunque esto parezca imposible hoy. No se pongan los medios-actos-conceptos-ideas-acciones-reacciones para que esto termine como Bosnia…
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