Santiago López Castillo

Tocata y fuga de un loco

Tocata y fuga de un loco
Santiago López Castillo. PD

La RAE es muy comedida en definir la locura. Loco -dice- es un ser imprudente que ha perdido la razón. El sujeto impaciente, impenitente, no sólo ha perdido la mollera, que debe venir del Mollerusa, equipo de 2ª División, sino que ha perdido los dos sentidos que le quedan. Joder, con el capitán Araña envuelto en la estelada con butifarra. Antiguamente, y ya he escrito en estas páginas lo que son estos pirados, mesiánicos de Cataluña, entraban en centros que se llamaban manicomios. Ahora, en las nuevas estancias clínicas, no llevan camisas de fuerza. Son desalmados de cuerpo y alma. Pero, encima, se creen la hostia.

El tal Puigdemont, no podía ser otro, está dando un espectáculo de aúpa. Tan es así que Albert Boadella le va a contratar en sus espectáculos. Dicen que vio al Mini-Kempis y tan absorto se quedó que no ha vuelto a pisar un water clock. Luego se sentó en un banco de la Grand Place y nadie le decía bonjour. Con lo bien que lo pasó usted cuando tuvo amoríos allí con la actriz África Prat, que estaba como un queso y la yema del otro. Y se hizo una rueda de prensa igualita que una rueda de molino porque él era (cada loco con su tema) el president en el exilio. Qué imbécil. Y qué espectáculo. Me cuentan los colegas que estaba para darle un franco belga y que se fuera a tomar por el culo. Tuvo suerte de que Balduino no se levantara de la tumba y sacara el espadín para pincharle como a un globo. Claro que el loco catalán se creía que era Tarradellas resucitado con el Ia sóc aquí. Pero era salchichón, que es un chorizo.

Este pobre diablo, además de mentir como un bellaco, es un farsante de tomo y lomo y un cobarde. El gallito que cuando inventó lo del ilegal referéndum no tuvo cojones de depositar en la urna de la basura del Parlament su nombre y apellidos porque iba a por él la Justicia, que me lo detengan, y se mete en una madriguera o zulo belga que albergó a no pocos etarras y que implora, el muy mamón, las libertades y las garantías procesales y de las otras porque se niega a declarar ante la Audiencia Nacional no sea que se vaya de vareta. Mientras tanto, sus colegas o troncos independentistas van pasando por el fiel de la balanza. O sea, la sublevación hecha añicos pero no añoran la república independiente de Ikea sino la pasta gansa, la pela es la pela.

Qué banda de traidores. No se arredran porque no tienen cojones ni vergüenza. Quieren la pasta gansa. La pela es la pela. La de millones que habéis sacado de las arcas del Estado. Desde integraros en el reino de Aragón hasta nuestros días, pasando por Franco, mi general, qué bien le alababais, cara el sol con la camisa nueva.

El zurupeto, o sea el grasiento del pelo grasiento, Puigdemont, el muy imbécil, ha conseguido inaugurar una embajada catalana -a costa del resto de los españoles, aunque te duela soberanista de atar- con tanto dispendio. La tocata y fuga de los locos.

Pírate, mastuerzo, a Venezuela y déjanos en paz.

PD.- Resulta bochornosa la actitud de determinada prensa hispana arrimando el hombro a los secesionistas que luego tiene fiel reflejo en los medios internacionales.

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