Santiago López Castillo

No están bien de la cabeza

No están bien de la cabeza
Santiago López Castillo. PD

Si desprecian a Barcelona para la Agencia Europea del Medicamento, el Gobierno (ellos dicen Estado, nunca España ni gobierno español) es el culpable, que les tienen tirria. Si se aplica la ley, Rajoy es un autoritario, que carga contra los «elegidos por el pueblo». Si las empresas se van de Cataluña es «para que no les roben». Si se implanta el art. 155 de la Constitución, es la revancha contra un pueblo democráticamente votado. Si…

Estos zurupetos independentistas me recuerdan a los malos estudiantes cuando argumentaban que el maestro me tiene manía. Esto, en suave. Luego, cuando los encarcelan se muestran ante las togas cobardicas y sueltos de vareta. Todo ha sido un sueño, señoría. Que la palma el fiscal del Estado, que lo entierren. No es de extrañar que estos ácratas, marxisto-leninistas, tiren con bala (podemitas y otras hierbas) llevados de sus genes hereditarios que estuvieron empapados de odio y sangre, y, sin embargo, no fueron fusilados -con lo malo que era Franco- y, además, cursaron carreras.

Reniegan del sistema y lo quieren destruir, nadie es perfecto, para implantar la República, palabra mágica con que se reviste la izquierda, la derrotada en la guerra pero que emerge con la mentira podrida por bandera, la roja, amarilla y morada. Y es que el rojelío es propenso a la cursilería y a la mínima se abraza a la más huera solemnidad. Todo ello no nace por generación espontánea sino por el adoctrinamiento a las nuevas generaciones, siguiendo estrictamente la política de Lenin y Estalin.

Echemos las bridas a esta corriente político-analfabeta que berrean los separatistas y adláteres, y, para no cansar al lector, en sentido contrario proclama un actor de la talla de José Luís Gómez, quien apela al sentido común, tan coincidente con la realidad: «La lengua que amamos es la que llamamos Hispanidad». En este sentido están, entre otros, Octavio Paz, Julián Marías y Camilo José Cela, quienes consideraron que en el mestizaje el gran injerto fue la lengua española. Los cursis, e innombrables de nuestro secular siglo, llaman los latinos. Entre esta patulea y el conjunto músico-vocal argentino, me quedo con los Cinco Latinos.

Resulta bochornoso que el idioma de los nativos de una nación sea prohibido por unos cuantos aldeanos-separatistas que a veces echan mano del lenguaje de los simios. La lengua, inefables mastuerzos, es la primera interpretación de la realidad. Y en el caso español, impresentables zurupetos, es la lengua de la América hispana, el instrumento de su constitución, se diga lo que se diga y lo subraya en sus escritos el recordado Julián Marías. Aserto al que me sumo desde su vieja amistad y sapiencia.

PD.- Me rechinó el oído cuando el otro día el profesor Fernando Savater dijo «pobrísimos» en lugar de paupérrimos.

La selección de las mejores marcas de termómetros

TERMÓMETROS CLÍNICOS

Aquí encontrarás la oferta actualizada de estos dispositivos de salud

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído