Este pasado 1° de diciembre se dio inicio a uno más de los infructuosos diálogos que oposición política y Narcorégimen organizan a los fines evidentes de continuar eso que los venezolanos llamamos «Mamaderas de gallo» y que es lo mismo que una tomadura de pelo, una burla, en este caso a toda una nación.
Y ante eso, repetiré un sucinto recuento de esa práctica irrespetuosa y cómplice. Recuento que ya he hecho en estos mismos espacios y que busca mostrar como desde hace más de tres años, concretamente desde la noche del 11 de abril de 2014 (transmitido en cadena de radio y televisión) se reunieron Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, Rafael Ramírez y otros jerarcas de la Narcotiranía con un grupo opositor donde destacaron Henrique Capriles, Julio Borges y Henry Ramos Allup. Reunión que avalaron el Nuncio Apostólico y ministros de Relaciones Exteriores de Colombia, Brasil y Ecuador. Más de tres años transcurridos desde que en aquel show inicuo señalaron la brutal represión a toda manifestación de protesta y pidieron justicia para las víctimas y libertad para los presos políticos. Noche donde se habló sobre la horrible inflación (la más alta del mundo en aquel momento y bien lejos ya de los niveles pavorosos de hoy). Diálogo donde Ramos Allup y Julio Borges robaron cámara a conciencia, plantearon los espantos de la escasez y los estragos de una economía destruida en un país saqueado desde que Hugo Chávez, padre de este engendro de comunismo, narcotráfico, corrupción y neotiranía se hizo dueño de él y como siempre nada más hicieron.
Hablaron de lo mismo que hablan ahora, nuevamente en República Dominicana pero esta vez ampliado el combo de dialogueros que por cierto nos avanzaron el estilo imperante cuando lo iniciaron con la bicoca de 5 horas de atraso en la agenda que suponemos más que planificada. Y es en definitiva, que este tipo de templetes son, junto con las interminables colas por alimentos y medicinas parte de la humillación al ciudadano que es práctica tanto del régimen como de los que se auto erigieron como representantes de una ciudadanía que tuvo que calárselos y se los sigue calando con el resultado espantoso que el mundo ve.
No hace ni un mes de aquel bululú que trataron de montar (15 de noviembre 2017) también en República Dominicana los erráticos y desvergonzados integrantes de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), mamotreto inservible para cualquier cosa que no sea complicidad con los castrochavistas, pactos inconfesables, burla al ciudadano, siembra de desesperanza, promesas incumplidas, desaparición de la protesta en las calles, etc. etc. Volvieron con otro diálogo, también por supuesto en República Dominicana, que como ya he dicho, se ha convertido en el burdel donde acuden para seguir sodomizando a Venezuela; diálogo que si algo tiene de «Novedoso» es que esta vez salieron más «Alegres viajeros» con la intolerable pretensión de vendérsenos a nosotros y al mundo como «Reservas morales» de un país donde pareciera que la ética y la decencia eran verdes y los burros se las comieron.
Un país donde bastante falta que hace, repetir y repetir aquella reflexión del Papa Benedicto XVI donde alertaba sobre la tragedia que significa que «…el relativismo moral se absolutice en nombre de la tolerancia, los derechos básicos se relativicen y se abra la puerta al totalitarismo». Un país cuya desgracia no es nada más tener en el Poder a una banda de delincuentes identificados ya por el mundo entero sino tener como «oposición» a confesos colaboracionistas, mediocres politicastros y pescadores de prebendas y dividendos. Tener como «Asesores» de un show a petulantes figurones que deberían darse cuenta que su «Brillo» solo es producto de la oscuridad intelectual y moral de una pobre nación ya en el foso de la desventura.
Escribo mientras aún está en plena escenificación el ridículo espectáculo de ver a quienes tendrían que ser los grandes luchadores por la democracia pero son simples trompos servidores de la Narcotiranía. Con toda seguridad, les escucharé las mismas sandeces al regreso de ese paseíllo por Punta Cana y sus sabrosas ofertas turísticas, mientras la muerte es lo cierto para los millones que sucumben de hambre y de enfermedad en el único país petrolero quebrado estrepitosamente pero con una «Elite» política que eufórica protagoniza en el Jet Set, por cierto con lo que se han sabido muy bien repartir…
Las mismas, sandeces, descaros, e irrespetos… Simples llamaradas de Tusa que arden estrepitosamente y se apagan rápidamente.
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