Tierra Santa

Jerusalén Capital de Israel

Jerusalén Capital de Israel
Jerusalén Agencias

Para muchos, si se le pregunta cual es la capital de Israel responden; Jerusalén, pero en verdad en la actualidad es Tel Aviv, si bien siempre fue Jerusalén.

Todos los escritos históricos, desde la Biblia hasta el Corán, reconocen a Jerusalén como la capital del país Israelita y Judío.

Pero después de la destrucción del Templo Judío y de su diáspora de casi 2000 años, la población árabe niega el derecho a restablecerla como centro neurálgico y político del país, por motivos exclusivamente religiosos, al haber construido en la desolada explanada del Templo, dos edificios, la mezquita de Al Aqsa y el Domo de la piedra que son los únicos pilares Islámico para defender su derecho a la ciudad.

Hace 100 años ahora, la declaración Balfour dio principio al re-establecimiento del pueblo Israelita en sus tierras y si bien no es en si un documento que posea estipulaciones para ninguna de las partes, si es el reconocimiento explícito de los gobiernos de aquellos días al derecho a las tierras de Palestina del pueblo Israelita.

La primera objeción hoy, está en decidir el futuro de los pobladores del lugar y sus derechos a las tierras, pero uno de las razones para el Ministro Balfour a su recomendación, fue que las tierras estaban desoladas, vacías de población, ocupadas por tribus trashumantes y en algunos lugares de la costa, por pescadores y con una población Judía aunque en minoría y que la mayoría de los otros pobladores eran de origen Egipcio, Jordano o Libanes con algunos Saudi.

En los años siguientes a la declaración, comenzó una emigración desde todos los países del mundo, de judíos e Israelitas que despertó el temor de los pueblos Islámico y que dio lugar a revueltas y terrorismo contra el gobierno británico en la región, auspiciador del movimiento sionista.

Pero sin ser un documento vinculante para ninguna parte, es el único que no ha variado en su objetivo desde su proclamación La Sociedad de Naciones avalo la declaración en 1922lo que si le dio valores vinculantes.

Después del Holocausto Judío de la WWII, basándose en la declaración y del reconocimiento de la SN, la recién creada ONU (El más caro y mayor desastre jamás creado ) tomo cartas en el asunto y reconoció el derecho Judío a sus tierras históricas en 1948, creando unas líneas fronterizas que han ido cambiando desde 1948 hasta los que son hoy día y que ninguna de las partes está conforme con ellas.

Ha sido Israel, bajo el fuego de todos los países limítrofes la que finalmente ha impuesto unas fronteras defendibles militarmente y que esta a la espera de un acuerdo que le permita seguir siendo un hogar para el pueblo Israelita.

Hoy todos esperamos ansiosos, las declaraciones del Presidente Trump, algunos con la esperanza de ver restituida su antigua capital y otros con las armas preparadas para defender sus ideologías religiosas.
EL Presidente Trump tiene el compromiso no solo político, pero personal de hacerlo una realidad, incluso en contra de las amenazas de Hamass, La Autoridad Palestina, El Monarca Jordano y como no, el siempre amenazante Irán.

Y a las amenazas se une un coro de países que cuentan en sus poblaciones con no pocos focos Islamitas y que sus políticos están sufriendo trastornos intestinales agudos, nada más de pensar en ello.

Israel, su pueblo y sus dirigentes… no. Porque en tiempo de paz, están acostumbrados a recibir periódicamente e invertidamente, cohetes Kassam, obuses de mortero, acuchillamiento de niños en sus casas, atropellos con vehículos, bombas en mercados o paradas de autobús sin olvidar los diarios ataques con piedras a coches.

Todo ello ante la atenta y complaciente mirada de líderes Islamitas y la indiferencia de esos países que tan graciosamente dan cobijo bajo sus presupuestos a miles de Islámicos, de los cuales no pocos, en lugar de estar luchando por defender sus derechos o de prosperar en sus países o de reconstruirlos después de tanta destrucción se comen la sopa boba a costa del bolsillos a los contribuyentes.

Islamitas que en lugar de aprovechar el esfuerzo de tantos, de la sangre vertida de tantos jóvenes, para facilitarles el camino a la libertad y el futuro, prefieren seguir encerrados en su siglo XV y en muchos casos, hacer lo imposible para convertir a los países civilizados en yermos como los suyos.

Israel ya ha convertido sus desiertos en vergeles una vez y no están dispuestos a tenerlo que hacer otra vez.
Sea cual sea las declaraciones del Presidente Trump, las amenazas del Islam o las suplicas de países refugios de Islámicos, su destino lo tiene claro y dispuestos a defenderlo.

Pero eso no quita para esperar sus declaraciones.

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