Victor Entrialgo de Castro

Ganar las guerras aunque se pierdan las elecciones

Ganar las guerras aunque se pierdan las elecciones
Víctor Entrialgo de Castro, abogado y escritor. PD

Los abogados del Estado amigos de la vicepresidenta son un buen equipo de asesores de confianza y una buena fila de sacos terreros para el Presidente pero no son la guardia de corps precisa para ganar las elecciones.

De hecho por ese flanco puede morir el Pp en brazos de Ciudadanos. El Pp, si quiere resistir el paso del tiempo tiene que reinventarse y encontrar candidatos con el bagaje y la frescura necesaria que comuniquen con la población.

No basta representar el orden frente al golpe, el honor frente a la indignidad, ni siquiera la Constitución frente a la revolución y «el Comité estratégico» de la agenda del segundo de Junqueras, Josep Maria Juvé, que el juez Llarena investiga donde habria cuarenta nombres entre ellos Marta Rovira y Ana Gabriel claves en todo lo que hemos vivido.

No basta que, en el asunto catalán, el partido popular represente la realidad frente al cuento, la buena fe frente a la indignidad, la razón histórica frente a la emoción del pueblo levantisco. No sólo porque en el Pp se hayan cobijado decenas o centenares de corruptos, sino porque es preciso que el Pp gane, como lo ha hecho en Cataluña Ciudadanos durante todo este tiempo, la autoritas además de la potestas.

Y el Partido popular ha preferido muchas veces dejar hacer, dejar pasar con tal de que no sufra su estrategia electoral. Y eso no dura siempre. Ante momentos cruciales de la historia de España, no bastan victorias pírricas. Hace falta convencer.

No basta hacer lo necesario para que no pase nada. Es preciso hacer lo que haga falta para que pase lo que tenga que pasar. Y tener claro qué es lo que se quiere que pase. Amén del curso inexorable de la justicia, es precisa la actuación firme que el Gobierno de la Nación estime oportuna para impedir la perpetuación del desafío.

Y eso, probablemente, exige actos de gobierno con la autoridad necesaria para impedir que continúe el fraude de ley en que, ahora disfrazados con distinta vestimenta, los golpìstas pretenden continuar su desafío al Estado y a un gobierno escondido por consejo de sus asesores electorales y con manifiesto «complejo constitucional».

Solo el ejercicio de la autoridad legítima y constitucional, pero autoridad al fin y al cabo, podrá luchar antes y despues de las elecciones con el chantaje sentimental en que el separatismo y el populismo consisten. Eso puede llevar aparejado la pérdida de votos o lo contrario. Pero los hombres de Estado, como Churchill, son los que ganan las guerras aunque a continuación pierdan las elecciones.

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