En los últimos años hay pocas fotos de Mariano Rajoy en las que no aparezca Jorge Moragas. Ni conversación institucional, internacional o, incluso, más personal en la que el diplomático barcelonés no esté haciendo al presidente confidencias al oído o ejerciendo de improvisado traductor.
Ciertamente, pese a su larga trayectoria en la Administración y su paso por distintos ministerios, el flanco más débil de Rajoy siempre fue el internacional. Por eso, cuando llegó su hora de competir de verdad por La Moncloa, en el año 2008, el líder del PP fijó pronto su atención en un original diplomático, «el de la mochila», que había ganado proyección durante los gobiernos de Aznar.
Moragas, como jefe de gabinete de Rajoy, ha sido el hombre clave de su agenda. También, uno de los artífices de sus inmejorables relaciones -politicas y personales- con la canciller alemana Merkel; con los últimos presidentes de Francia, Holland y Macrón; así como de los fluidos contactos con la Casa Blanca, tanto durante la Administración Obama, como ahora con el equipo de Trump.
La agenda internacional de Moragas es privilegiada. Sus contactos diplomáticos por todo el planeta absolutamente influyentes. De hecho, en todas las ocasiones en las que Rajoy ha perfilado sus gobiernos, su nombre ha figurado como un fijo como posible ministro de Asuntos Exteriores. No obstante, el presidente, siempre prefirió tenerle en el despacho de al lado.
Sin embargo, pese a su cercanía con Rajoy, Moragas nunca terminó de integrarse en su círculo más «íntimo». Tampoco era considerado un hombre del PP. Pese a ser diputado desde 2004 y haber dirigido las campañas electorales de 2015 y 2016. De hecho, en los últimos meses, ha vivido constantemente emparedado entre el triunvirato que «blinda» al presidente: Soraya Sáenz de Santamaría, Carmen Martínez Castro y Pedro Arriola.
Ahora, Moragas abrazará una de sus pasiones: la política internacional. Vivirá en Nueva York y será el nuevo embajador de España ante Naciones Unidas. Sin duda, un puesto a su medida por su preparación, su personalidad, su agenda y sus conocimientos. Un galardón al que accede Moragas tras muchos años a la sombra de Rajoy.
