Manuel del Rosal

Mentiras de silencio

Mentiras de silencio
Manuel del Rosal García. PD

«Las más crueles mentiras son frecuentemente dichas en silencio» Robert Louis Stevenson, novelista poeta y ensayista escocés.

Brian Moore publicó en 1990 su novela «Lies of silence» (Mentiras de silencio). El argumento gira en torno al conflicto interreligioso que sacudía a Irlanda del Norte. Brian Moore denuncia como el silencio de todos los estamentos oficiales irlandeses e ingleses, incluido el clero, ante lo que sucedía, imposibilitaba la solución y confundía a la opinión pública.

Un cabestro descerebrado y lleno de odio, rencor y maldad era aplaudido, vitoreado, apoyado y subvencionado a raíz de dejar parapléjico a un servidor de le ley. Okupa y antisistema que vivía y vive del sistema, era puesto como ejemplo por políticos catalanes en general y por políticos y políticas de Barcelona en particular, sin olvidar a algunos de fuera de Cataluña que aspiran a gobernar España. Era el niño mimado, no solo de su madre, sino también de los políticos y políticas de moral miserable que encontraban en él al descerebrado útil para sus turbios negocios políticos. Se desgañitaban aplaudiéndolo, justificándolo y elevándolo a los altares por haber dejado en silla de ruedas a un policía que solo cumplía con su deber.

Ya saben aquello de la rana a la que un escorpión le pide que, sobre su lomo, le ayude a atravesar un río. La rana accede en la creencia de que no le va a picar pues morirían los dos ahogados. En la mitad de la anchura del río, el escorpión pica a la rana que en los estertores de la muerte pregunta al escorpión ¿Por qué lo has hecho? Ahora moriremos los dos. «Porque es mi naturaleza» le contestó el escorpión mientras era tragado por las aguas del río.
La naturaleza de Rodrigo Lanza es la que es, la de un asesino sin escrúpulos. La lleva en sus genes y, como el escorpión, no puede renunciar a ella. Y lo que tenía que suceder sucedió. Y sucedió a pesar de los apoyos, subvenciones, vítores, aclamaciones que recibía de esos políticos que veían en él un instrumento en el que apoyarse para ganar los votos de quienes tiene su misma naturaleza o que son tan estúpidos que creen en la «bondad» de los nuevos políticos que nos van a traer un país de leche y miel, cuando lo único que pretenden es vivir a costa del sistema del que dicen estar en contra.

Los vítores a ese asesino se han convertido en silencio tras haber asesinado a un inocente con cobardía y saña. Políticos de toda clase y sexo que llevaban en volandas al asesino, permanecen en silencio. Es un silencio repleto de mentiras, cómplice tras el que esconden todas las miserias de su turbia política. En ese silencio cobarde quieren esconder todas las mentiras que a lo largo de años han dicho para justificar a un individuo injustificable. Porque esos políticos recurren al silencio como mentira mayor para esconder todas sus falacias y sus hipocresías. Esas mentiras de silencio muestran a las claras la cobardía que es condición natural de esos políticos. Y no han sido solo los políticos, también los periodistas, los medios de comunicación, las emisoras de radio y televisión; esos intelectuales al servicio de su señor y todos los que viven de servir como mercenarios a quien les paga por pintar con sus palabras y sus escritos de purpurina a quienes están revestidos de negro. Todos se han ocultado tras el silencio vergonzoso para esconder su miseria moral, sus mentiras, su cobardía, y se han ocultado porque esa es su naturaleza; una naturaleza ruin, mezquina, cobarde e hipócrita.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído