Poético está Junqueras
citando al gran «fingidor»
portugués que fue Pessoa,
ante el juez que le apresó.
Poético y cristianísimo
pero sin pedir perdón
por delitos de mangancia,
rebelión y sedición.
De manera que no es fácil
absolver al inductor
de tanta y tanta presunta
conducta de insurrección.
¿Paz y diálogo? ¡Qué va!
¿Piedad o indulto? Pues no
mientras el reo persista
con notable obstinación
en burlar la Ley que a todos
nos somete sin error
a actuar con lealtad
sobre aquello que juró.
El exvicepresidente
de un gobierno de traición
no merece confianza
porque nunca nos la dio.
Si es caballero del Greco,
que lo demuestre el señor
y que no ponga en el pecho
espadas a su favor.
Esas espadas no hieren,
simples concesiones son
a la retórica inane
de un pre-fijo embaucador.