Resulta emotivo, cuanto menos, observar el empeño y la fruición que ponen algunos colegas -siempre virando hacia la izquierda- para zaherir al PP en materia de corrupción y silenciar el mayor delito público de la democracia como son los eres de Andalucía con dos ex presidentes de la Junta en el banquillo (700.000 euros nos contemplan). Pero se reanuda el caso Gürtel de Valencia (por ahí le llegó el patatús a Rita Barberá) y los medios, defensas y delanteros se lanzaron en plancha cual remate certero. Mañana, tarde y noche en todos los boletines horarios. Y volvían a salir el Bigotes, Costa y Camps, el de los cuatro trajes de la franquicia de Cortefiel, Maximo Dutti (debería ser porque eran de Franco, claro). En cambio, del trinque andaluz ni la balada del silencio.
A la jauría se sumó esa locutora magra de COPE que sigue sin sacarse el carné de progre, y eso que se pasa la vida pala en ristre desenterrando el franquismo y para completar la faena, dar pábulo a los independentistas no sea que con su atocinado cuerpo no llegue a tiempo a alcanzar la frontera. Y hasta Carlos Herrera, ese que ha renovado para seguir de tripero por los restaurantes, da los micrófonos a una dirigente socialista, talento mecido en la ignorancia y prendido en la sesera: «PP, corrupto».
No se pone ningún énfasis en decir que la trama corrupta del Partido Popular che ya no milita en la formación de Génova, 13. Que el gobierno de Rajoy aprobó media docena de medidas en pro del adecentamiento político. Pero digan lo que digan los malos comunicadores de la formación conservadora, que es nula elevada a la máxima potencia, ahí está ese periodismo servil, de izquierdas, con la 6ª siempre levando anclas aún en tierra. Lo que les pone -en expresión de estos colegas iletrados- es hundir al PP empezando por Rajoy al que casi, y sin casi, llaman cabeza de chorlito. Principal hacedor es Intereconomía, una cadena auspiciada por fachas que pasa el platillo para después hacer del PP leña al mono. Al que esta emisora, entre meapilas y camisas azules, respetabilísimas pero no mientan, acusa de tener la democracia que tenemos pero que subvenciona a Podemos (Sáez de Santamaría) y lo dice un tal Ariza, mitad fraile, mitad soldado, que ansía la subvención del Estado.
Pena, penita, pena.