Bien que el sacerdote lo sabía,
Quien ha dicho con fe y emoción,
Que se le ha partido el corazón
A Quini, de grande que lo tenía;
Un corazón que se estremecía
Y se enardecía el de este campeón,
Que simplemente jugando al balón,
Ha sido siempre maestro y guía
De deportistas… Hoy todo Gijón,
Y con éste, desde cualquier rincón
De España, se le rinde pleitesía,
Por saber jugar, con más razón
Que a un santo, poniéndole por su hombría,
Su nombre a su campo… «EL MOLINÓN
ENRIQUE CASTRO QUINI»… ¡Su gran pasión!.