Cuando clarea la aurora,
Sin que miremos en el reloj la hora,
Le damos la bienvenida
Y saludamos la vida,
Pues la noche nos envuelve de tal suerte,
Que tiene todas las pintas de la muerte;
La noche lo anula todo,
Salvo ir de las pesadillas por el lodo;
A lo de la luz eléctrica
No alcanza la aritmética
Del pobre, que se tiene que ir a la cama,
Pensando que pagarla es todo un drama;
La noche todo la anula,
Salvo igualmente la luz de la gula,
Que exclusivamente afecta
A una inmensa y rica secta,
Que, gracias a los fármacos, con sus buenas
Cenas ya no están las sepulturas llenas;
Pero nosotros, lo pobres,
Tan solo nos queda batirnos los cobres
Con una pensión de mierda,
Que nos congeló la Izquierda,
Y que la Derecha, -no es un eufemismo-,
Prácticamente está haciendo lo mismo;
En esta lid los Políticos
Se dan media vuelta y eluden ser críticos,
No vaya a entrar en juego
Su estado ,… y arda el fuego
De sus prebendas sin tino, y,… ¡atiza!,
Queden todas reducidas a ceniza;
Pero está claro que siendo
Ellos parte y jueces en este atuendo,
Ni se irá nadie a casa
Por ser tabla rasa,
Ni harán nada ni pondrán ningún medio,
Para que tanto apagón tenga remedio.