ANÁLISIS

Antonio Sánchez-Cervera: «La gran oportunidad del PSOE»

Antonio Sánchez-Cervera: "La gran oportunidad del PSOE"
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. EF

Si los dirigentes del PSOE, con Pedro Sánchez a la cabeza, saben analizar, conscientemente y con conocimiento y responsabilidad de Estado, los tiempos de confusión, debilidad y empobrecimiento, ético y moral, en los que se encuentra la política de nuestro país, habrán ganado la batalla de la tan necesaria regeneración democrática.

España lleva décadas y décadas maniatada políticamente por unas minorías insolidarias que merced a una mala y poco representativa ley electoral están aprovechándose de muchos en beneficio de unos pocos de forma abusiva.

España, en estos momentos, no solo no está dividida como nación en aquellas dos Españas de las que nos hablaba el gran Machado, sino que está troceada, grosera y estérilmente, en parcelas de poder aldeano que le restan fuerza y credibilidad en el concierto internacional de las naciones.

Así las cosas, el independentismo catalán, por ejemplo, es extremadamente lugareño, de ahí, quizá, pueda venir la creencia, la convicción por algunos secesionistas de sentirse hasta racistas con su inexplicable odio a España. Obviamente, el nazismo, además de ser una podredumbre de baja moral, carece de cualquier base científica por mucho que determinados alemanes y otros sujetos de fanática ralea, continúen interiorizándolo como algo suyo y de su condición étnica o racial. No olvidemos que Hitler, personaje lamentablemente siniestro, ignorante y supersticioso hasta la extenuación, fue seguido, aupado, por millones y millones de pseudocompatriotas que querían y compartían una xenofobia sin medida alguna.

Ahora, con previsión calculada no exenta de comprensible astucia política, el líder del PSOE se ha adelantado al líder del PP planteando una moción de censura. Éste último se ha encontrado con dos frentes abiertos al unísono: convocatoria de elecciones y/o moción de censura.

Lógicamente, no podemos pensar ingenuamente que tales opciones no estuvieran estudiadas por Rajoy y sus asesores y tampoco dudamos de que ninguna de las mismas le satisfaciera a priori.

Por un lado, estaba Ciudadanos arrebatándole el poder en unos comicios, por otro, estaba el PSOE arrebatándoselo probablemente en el juego maquiavélico de los pactos políticos que no conoce lealtades ni compromisos.

Sin embargo, el PSOE tiene una coyuntura única e irrepetible para convertirse de nuevo en el partido de Estado que lo fue antañazo siempre que, ello es condición sine qua non, a su paladín no le desborde la ambición política y personal y no caiga en manos extrañas y opuestas de una izquierda vociferante que nada tiene que perder.

Si se conduce con la prudencia de un verdadero político de Estado, si no mece la cuna de las minorías que traicioneramente le ayudarán para luego destrozarle, si es consciente del respaldo que puede tener de una mayoría social española que solo desea unidad, paz y avance social, habrá conquistado y devuelto al país la confianza democrática y respetuosa que tanto precisamos, exigimos.

Si así lo hace, habrá un muy importante trasvase de votos para que pueda incluso ganar las próximas elecciones generales. Si no actúa conforme a lo señalado, además de su propio fracaso personal, arrastrará a nuestra nación a un conflicto tan profundo del que difícilmente podamos recuperarnos. España perderá toda credibilidad internacional como parias de un destino que solo nosotros nos hemos labrado.

Antonio Sánchez-Cervera

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