Palos o tiros

Que nadie se asuste ante el título de estas reflexiones. Por descontado que no deseo palos, ni mucho menos tiros, pero por el camino que vamos, si no hay los primeros, entendamos, los palos que puede dar la ley aplicada en todo, a todos, y con todo su rigor, mucho me temo que acabaremos teniendo los segundos.

Desearía sinceramente equivocarme en mis temores, pero solo me hago eco de lo vaticinado por Maquiavelo (que de estos temas entendía) en 1513 «El que tolera el desorden para evitar la guerra, tiene primero el desorden y después la guerra», que ya traté en «R. I. P. España» (26.09.2017)
La responsabilidad será de todos, de unos por acción y de otros por inacción, pero como de costumbre quienes pagarán el pato serán los ciudadanos de a pié.

Con la llegada de la democracia empezó a aflorar el separatismo catalán, y los partidos políticos, ya estuvieran en el poder o en la oposición, por diversos motivos transigieron con él, cuando no lo utilizaron para atacar al contrario. El caso era lograr la poltrona y mantener el máximo tiempo posible, ¿el precio?, ¿eso a quien le importa?

Los separatistas que, como han demostrado no son tontos, fueron ganando posiciones poco a poco. Avanzo en este campo, luego me paro un poco en aquel otro, a continuación me introduzco en otro nuevo, etc. Así, paso a paso, siguiendo una estrategia muy bien estudiada, han llegado hasta donde ha llegado.

¿Los partidos constitucionalistas que han hecho? A parte de discutir entre ellos, echarse la culpa unos a otros y soltar grandilocuentes y floridos discursos, nada.
Ya comenté en «Lo que mal empieza mal acaba» (23.11.2017), la respuesta que me dio un diputado al preguntarle porque el gobierno no había dejado en suspenso la toma de posesión de la Fregona, dado como la hizo. Si de aquella se hubiese actuado como se debía, el nuevo President (en caso de llegar a haberlo) no hubiese repetido la jugada.
Me pregunto en qué país democrático y respetuoso con las leyes, se permite que el máximo representante del Estado en una región, tome posesión sin acatar expresamente la Constitución.

La consecuencia de lo anterior y de la aplicación «cara a la galería» del 155, más exactamente, grotesca aplicación, ha traído como consecuencia que el nivel de enfrentamiento civil y la escalada de violencia en Cataluña, es mayor cada día. No es una opinión alarmista, sino realista. Solo hay que ver los continuos incidentes que ocurren en muchos sitios de la Comunidad, sobran videos tanto en la prensa digital como en las televisiones.

Supongamos, y es una hipótesis que en cualquier momento se puede convertir en realidad, que en una de esas múltiples trifulcas se produce un muerto. En una de las carreras, o en uno de los empujones alguien resbala y se parte la cabeza contra una esquina. En uno de los enfrentamientos se pasa de las palabras gruesas a los hechos y salen a relucir navajas o pistolas. No es solo perfectamente posible, sino probable, tal como está la situación.

Si el muerto es separatista, muy posiblemente sería la mecha que prendería un enfrentamiento civil armado, no nos engañemos. Me atrevo a decir que muchos independentistas lo están deseando, les vendría muy bien. Ante esa probabilidad, es mejor que, dentro de la ley, haya palo duro, para que no se produzca.

Sin embargo nuestros políticos se entretienen en deshojar la margarita, ¿cómo ocuparé el sillón?, porque entre otras cosas, saben muy bien que en caso de que haya tiros, ellos no irán al frente a pegarlos, para eso está el sufrido pueblo. Ellos están muy ocupados trabajando por él sin regatear esfuerzos todos los días.
Pobre España.

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