«Dios hizo el mundo en seis días. Hasta el momento nadie ha podido explicar a qué venía tanta prisa. Así ha quedado como ha quedado» Jaume Perich, escritor, dibujante y humorista.
Dice una frase proverbial que las prisas son para los ladrones y los malos toreros. Pedro Sánchez no es torero y, sin embargo, está dominado por las prisas; por las suyas y por las que le imponen los que nos van a robar hasta las pestañas, porque los que vamos a pagar las facturas del apoyo a la moción de censura seremos los españoles. Ya se sabe que la cartera de presidente y cada cartera de ministro está fabricada con la piel del contribuyente.
Pedro Sánchez no es Dios, aunque a veces el mismo se lo crea. En esta creencia y superado por las prisas, quiere crear una nueva España en pocos meses para llegar a las elecciones del 2020, con el bagaje que él cree que le va a permitir ganar las elecciones. No estamos seguros de que así sea, pero de lo que si estamos seguros es de que llegada esa fecha a España no la va a conocer ni la mismísima madre que la parió. Pongo dos ejemplos.
Territorialmente Pedro Sánchez puede hacer tiras la piel de toro y hacer de España lo que él llama «Una nación de naciones». Informativamente, a los ciudadanos nos van a hacer comulgar con ruedas de molino emitidas desde la nueva RTVE, apoyada por la cuatro y la sexta. Las fake news serán tortas y pan pintado comparadas con lo que vamos a recibir a través de los informativos más tóxicos que podamos imaginarnos; y todo para mayor gloria de Pedro Sánchez al que solo le faltara – o puede que no – el NO – DO y andar bajo palio. Tiene Pedro tan solo dos años para realizar la faena que pueda hacerle ganar las elecciones en 2020, y tiene prisa. Esa prisa suya se ve trufada con las prisas de quienes le presentan las hipotecas a pagar; que, en caso de no hacerlo, podrían desahuciarle de la Moncloa. ¿Y a quien está utilizando Pedro Sánchez para poder hacer la faena? Está utilizando a España, a la que ha puesto en almoneda y a los españoles, a los que nos va a dejar con los impuestos más secos que la mojama. Ya hemos dicho que las prisas solo son para los ladrones y para los malos toreros. Procure Pedro no ser ninguno de ellos, no vaya a ser que la faena se convierta en una faena de aliño y le coja el toro; que, a fuer de ser sinceros, no sería lo malo; pues lo malo tirando a peor sería que el toro nos pegara una cornada de caballo a España y los españoles. Cosa que no está descartada, ni mucho menos.