Pablo Iglesias, alias El Coleta, estuvo más de media hora largando en TVE: la 1, la 2, 24 Hs., Canal Internacional. ¡Mambo! A cámara fija, de fotomatón.
– ¿Pero no sabía usted que se la había quedado a pachas con el fantasma de la Moncloa…?
Fue, según me cuentan, en un ejercicio democrático, viva la pluralidad y la libertad de expresión.
– ¡Franco, Francoo…!
Otra televisión que también transmitió el careto imperturbable del superpodemita fue Tele-Madrid, que de tanto manoseo va a dejar de ser pública para ser puta y callejera. Estos desgarramantas, más la 4, la 5 y la 6, mambo, que sacan los «temas» (dígase cuestiones) al unísono, todo contra el régimen pero sin el régimen; estos guripas, comenzaba a decir, son los artífices del desmembramiento de España al que, por supuesto, se sumaba -desde calendas grecas- Pedrito Sánchez, alias Todo por la Presidencia o reina por un día y la buchaca llena.
No es de extrañar que tanto el uno como el otro, la una como la otra -en este frenesí del uso pedorro del lenguaje sexista- sean los co-gobernadores imperantes y fraudulentos los que nos marquen las pautas. Miren, amigos lectores límpidos y sin adoctrinar, mis 40 años como periodista y responsable de los principales programas de informativos TVE me permiten asegurar que, desde los años 70, TVE estuvo tele-dirigida por la izquierda plena: UGT, CC.OO. y demás formaciones de izquierda, en especial el PSOE.
En mi responsabilidad como director de información parlamentaria, hube de llamar la atención a Rosa Mª Mateo, locutora, nada de periodista. Todas las tardes iba tomar café con Felipe González, usando para acceder al Congreso la credencial «al medio» («Parlamento»/ TVE), lo que reducía el pase de mi equipo puesto que únicamente teníamos acreditación personal el subdirector y un servidor.
– Tú puedes venir a tomar café con Felipe o con quien quieras, pero que la credencial te la dé el partido. Mi gente viene a trabajar y no a hacer relaciones sociales.
¿Me entiendes?
Posteriormente, y casi contra mi voluntad, influí para que mi amigo Enrique de la Mata, a la sazón presidente de Cruz Roja, la hiciera jefe de prensa de la oengé.
– No sabe ni escribir una carta- me comentó el ex ministro.
– Te lo dije, Enrique. Es una lo-cu-to-ra.
Yo he sido lo que he sido. El que informó de la Constitución al país, con 500 horas de debates en las espaldas. I Premio de la Constitución Española por unanimidad de los diversos grupos parlamentarios y no se dignarán -ni quiero- invitarme a los fastos del 40 aniversario de la Carta Magna.
Curioso: sólo las cadenas rusas de TV en castellano me piden que comente los grandes acontecimientos del país. Para hablar por TVE ya tienen al Coleta o su genial televisión, «La Tuerka».