Resulta que el Congreso acaba de aprobar sanciones para las empresas que no tengan «mujer jefa» que es una especie de siux apostada tras el ordenador en su tienda de campaña esperando la llamada del partido político para pasar al despacho de al lado y poner la foto sobre la mesa de roble de aquel dia en el parque de atracciones.
Las mujeres valiosas deben estar indignadas al ser tratadas por cuotas, como los rebaños. Estos cínicos y farsantes del feminismo «digital», vendedores de telemandos femeninos, son tratantes de ganado directivo.
Si se tratase de empresas públicas estaríamos ante una suerte de comunismo feministoide, pero el que tenga una empresas privada supongo que pondrá de jefe al que le salga de las glándulas de las que le salen al hombre las voliciones más íntimas, si es hombre, o de las ovarios, si es mujer. Si no, no tendría una empresa, sino un koljose.
He tenido la suerte de conocer a mujeres extraordinarias, profesionales extraordinarias, funcionarias extraordinarias, trabajadoras extraordinarias y amas de casa aún más extraordinarias. Ninguna necesitó una cuota. Se avergonzarían si tuvieran que estar estar al frente de sus despachos, de sus negocios, negociados o familia, ese sería ya el último paso, por una cuota de partido.
El caso es que el siux de la coleta y el sheriff cómplice que va a pie despues de haber perdido el caballo siguen pegando carteles por el pueblo con papel del BOE para las elecciones y en el saloon podrán a las chicas can can de Villarejo, que según la Ministra de justicia es un acierto seguro.
Estos burócratas tratantes de ganado directivo, siguen con su campamento y su campaña nombrando por decreto un montón de toras sentadas que no saldrán, de entre las miles de mujeres extraordinarias que hay en España, sino como en el Quijote, de entre las mujeres del partido.
