De tiempos que fueron mejores guardo memoria;
Lo triste es que en volver a ellos hay quien se empeña;
Perdieron una guerra y les han contado la historia
Sus padres de una derrota, hoy santo y seña
De unos hijos ignorantes que para en victoria
Convertirla, ¡coño!, no se cansan de echar leña
Al fuego que aun arde de su vil herencia:
En esto cualquier Rojo hace acto de presencia;
Sentado que la ignorancia es muy atrevida,
Según la sabiduría popular proclama,
Se rompen la cornamenta manteniendo en vida,
Sentándole en su mesa y dándole cama,
A un Dictador, que al Rojerío tal salida
Le dio, que hoy, además de algodón en rama,
En darnos en todos los medios la misma serenata
De la ignorancia y venganza,…¡son la flor y nata!;
Si hubieran vivido como yo aquella guerra
Contra quienes, los suyos, su único afán era
Violar monjas, matar curas y frailes y ¡aterra!
A novicios, quemar iglesias y a quienquiera
Que se les antojase, ya sin más, darles tierra,
Puede que estos Rojos de hoy a otra era
Se fueran cagar con la vista a la Izquierda
Y no nos embadurnarían más con tanta mierda…
A ver si de una vez se les mete en la cabeza
Que nuestros muertos son sólo víctimas de su odio,
Porque iban a misa o cometieron la torpeza
De ser ricos… Y los suyos: porque desde el podio
De la ley se hizo justicia y si alguna vileza
Se cometió fue tristemente un episodio…
Claro que hubo víctimas, pero las de Franco
Previa sentencia… Las nuestras:… ¡por dar en el blanco!.