«Cuando los hombres no oyen el grito de la razón, todo se vuelve visión y el hombre un visionario»
Hay personas que dicen que un mal colchón puede arruinarte la vida porque te impide conciliar el sueño y, como consecuencia de ello, tener pesadillas. Miguel de Cervantes en el Quijote, pone en boca de Sancho lo siguiente: «Solo entiendo que en tanto que duermo, ni tengo temor, ni esperanza, ni trabajo, ni gloria; y bien haya el que inventó el sueño, capa que cubre todos los humanos pensamientos, manjar que quita el hambre, agua que ahuyenta la sed, fuego que calienta el frío, frío que templa el ardor, y, finalmente, moneda general con que todas las cosas se compran, balanza y peso que iguala al pastor con el rey y al simple con el discreto». Claro que Sancho dormía a pierna suelta sin necesidad de colchón
Existen varios tipos de colchones. Los hay de muelles, viscoelásticos, viscoelástico sensitivo, visco – gel, de agua, de aire, top por reversible etc. La elección del colchón, así como de la almohada es vital para que tengas un sueño como el de Sancho y no pases las noches como Don Quijote: de blanco en blanco. Es malo para el cerebro el no dormir bien, se resiente del poco dormir y de las pesadillas que engendra ese cerebro cansado. De esa forma la razón deja paso a la visión y la visión a tomar decisiones fuera de toda lógica y de todo raciocinio. Es lo que parece que le ha pasado a Pedro Sánchez. En su libro de «Pedro en el país de las maravillas» mal titulado «Manual de resistencia» habla – mintiendo una vez más – de cómo cambió el colchón donde dormía plácidamente Rajoy por otro colchón. Naturalmente, el colchón que Pedro Sánchez se agenció es un colchón de última generación y por lo tanto «progresista». Es tan de última y tan progresista que su diseño no es precisamente el más adecuado para dormir como dormía Sancho y, como era de esperar, al no conciliar un sueño plácido y reparador, las noches se le pasaban y se le pasan a Sánchez como a Don Quijote: «de claro en claro y los días de turbio en turbio». Como consecuencia de ello, Pedro Sánchez tomaba y toma decisiones nada razonables y muy visionarias fruto de un cerebro cansado por no descansar como debe ser debido al colchón de progreso, que le abocaba a todo un día turbio y espeso y le producía sueños como los que Goya pintó: sueños abandonados por la razón y, como tales, engendradores de monstruos.
El libro nos ha venido a sacar a la luz gran parte de la personalidad de Pedro Sánchez. Por ejemplo: lo primero que hizo al llegar a La Moncloa fue cambiar el colchón, cosa por otra parte falsa porque no había tal colchón en la cama de La Moncloa, Rajoy lo había donado a una ONG. Que lo primero que haga un presidente de gobierno sea cambiar un colchón dice mucho de las ideas y proyectos que trae para gobernar, a no ser que lo que bullía en su cabeza era el descanso a que debía someterse tras los durísimos viajes en Falcon a festivales pop. Otra cosa que llama la atención en Pedro Sánchez y que hemos conocido gracias al librito de resistencia, es que solo leía diarios deportivos, y, tras dormir la primera noche en el colchón de última generación y de progreso, pasó, no a leer la prensa nacional ¡que va!, se fue derechamente a la prensa extranjera. Esto debió ser fruto de las noches de claro en claro y los días turbios y espesos de razón e ideas, Desde ahora nos queda esperar que monstruos y en torno a que cosas podrá engendrar el cerebro de Pedro Sánchez afectado por una imaginación y una fantasía trufadas de narcisismo y alejadas de razón. Claro que él podrá decir como Don Quijote: «La razón de la sin razón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo…»
Lo dicho: un mal colchón puede arruinarte una vida…y también una presidencia.
