Análisis

Victor Entrialgo De Castro: «Últimas tardes con Teresa»

Victor Entrialgo De Castro: "Últimas tardes con Teresa"
Ada Colau EFE

Querida Teresa:

Lo que habéis hecho tú y tus amigos «pijoapartes» con la ayuda del PSOE durante los últimos cuatro años en los ayuntamientos de este país no tiene nombre. Bueno sí, «Nada con guarnición».

Me cuentan que a la sombra de las muchachas en flor, la Colau o Rita Mestre, eso es lo que habéis hecho en los edificios que habéis okupado. Montar las tiendas de campaña durante cuatro años en los despachos y las alfombras que tanto criticábais, jugar a la playstation con la televisión y el deshaucio – la palanca con la que forzásteis la puerta de la política-, de instituciones prestigiosas para que unos coleguillas que no han trabajado jamás las okupen y jueguen a montar ¡Un vivero de empresas!

«El pijoaparte» de «Últimas tardes con Teresa», de Juan Marsé, tambien odiaba, como Coletas y Cuquín, a las clases privilegiadas para acabar haciendo lo mismo que ellas y resulta que le gustó. Robaba motos o fingía otra identidad para asistir fiestas y encontró la horma de su zapato. Marsé retrató tan bien a los «revolucionarios de salón», que Luis Goytisolo, Ricardo Bofill o Josep Maria Castellet, miembros del Jurado del Planeta se mosquearon al verse reflejados y casi no le dan el Premio.

En lugar de sacar vuestra ideología al sol para que le dé un poco el aire, -esa con la que imponéis a todos lo que es bueno para ellos-, okupáis los despachos para sacarle al personal los cuartos para juegos florales, payasos y titiriteros, montar merendolas con músicos de vuestra cuerda para financiar lo que no pagan los enemigos de España y repartir cupos al estilo Maduro para que el personal los gaste en el comercio de proximidad que estáis arruinando, dias antes de las elecciones.

Cara Teresa, aunque tu odio aprendido oculte tu gracejo, el cariño que te tengo no tiene nada que ver con la política.

Por eso disculpa que, cuando se van a cumplir cuatro años de vuestra okupación, y desde la distancia, me permita decirte sin acritud que «los pijoapartes» os habéis aprovechado del filón de la corrupción para, básicamente, cambiar los nombres de las calles. Y no para dárselas a gente que se la merece, querida Tere, sino para quitársela a fantasmas que odiáis de oídas, desde cuando no habíais nacido, como el coco o el sacaúntos.

Por miraros vuestro desaliño casual en un espejito anticuado, y por esa obsesión vuestra con la guerra civil, tenéis esa imagen tan distorsionada de vuestra valía y de vuestro país. Por eso los «pijoapartes» y » los que quieren un país para cada uno» debiérais acudir a un historiador de cabecera que os pueda ayudar, y de paso, a todos los demás.

Tener un enemigo en el pasado es dañino para la salud, dicen los médicos, aunque de momento lo creáis muy útil. Ni planes ni proyectos, ni futuro. Tan sólo modificar el pasado. Qué tontería Teresa! No es bueno ni para vosotros, que os van a echar de ahi en cuanto los gemelos cojan faringitis.

Yo te estimo Teresa, aunque tú y tus amigos «pijoapartes» representéis un dia tras otro «La nada cotidiana». Te estimo, como cantaba un músico catalán excelso que dejó lo suyo y ahora es golpista. Pero habrás de comprender querida Tere, que una cosa es la música y el querer, y otra constatar que con aquella vieja canción de «La casta y la revolución» íbais a cambiar el mundo y lo habéis llenado de Villatinajas con piscina y «la nada con guarnición».

No habéis arreglado el mundo Teresa, pero despues de estas últimas tardes de legislatura que nos quedan juntos, ya verás como hay vida, incluso trabajo, fuera de la política.

Tu Quichi

 

 

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