Análisis

Manuel del Rosal: «Gallinas y hombres»

Manuel del Rosal: "Gallinas y hombres"
Señal de peligro: burros peligrosos Archivo

«Los animales, asombrados, pasaron su mirada del cerdo al hombre, y del hombre al cerdo; y nuevamente del cerdo al hombre; pero ya era imposible distinguir quién era uno y quién era otro» George Orwell, Rebelión en la granja.

Las gallinas han sido siempre consideradas bobas y mansas. Parece ser que no es así, sino todo lo contrario: son inteligentes y, llegada la ocasión, saben atacar para defender su territorio y su estatus.

Los escolares de una escuela agrícola de Bretaña, al incorporarse por la mañana a sus labores, encontraron asombrados el cadáver picoteado y tumefacto de un zorro dentro del gallinero. Había entrado por la noche con premeditación y alevosía babeando de placer al pensar en el suculento banquete que se iba a dar con las bobas y mansas gallinitas. Pero resulto, en contra de lo que él esperaba, que las inocentes aves, previamente organizadas lo cercaron, lo atacaron picoteándolo sin misericordia y acabaron con su vida. Las gallinas demostraron que ni son bobas, ni son mansas y tienen algo de lo que carecen la mayoría de los animales incluido el hombre, que son sociológicamente muy avanzadas. Y digo esto porque su sentido de sociedad y solidaridad sirvió para organizarse y para unirse sin resquicios frente al enemigo común.

Según todas las encuestas, los españoles – si Dios no lo remedia – en un ejercicio más de estupidez, vamos a conformar el 28 de abril un Congreso ingobernable compuesto por un montón de partidos políticos. Fundamentalmente, el Congreso estará formado por dos grandes bloques enfrentados de forma cainita, rencorosa y trufada de odio que les impide ver lo que es bueno para todos, lo que es bueno para España. Esos dos bloques son lo que se ha dado en llamar izquierda y derecha y son irreconciliables. El cainismo español es de sobra conocido, está tan agudizado que aún a costa de caer todos y hacer caer a España, prefiere esto a unirse en defensa de los valores que son los que engrandecen y hacen prosperar a una sociedad. Los dos bloques son incapaces de aparcar las diferencias y remar en el mismo sentido, aunque las olas amenacen con hundir el barco. Son como los burros de la fábula, que prefirieron morir de hambre antes que compartir. Aquí surge una pregunta: ¿hemos avanzado sociológicamente los españoles? Parece ser que no, que no hemos avanzado y que, al contrario que las «bobas» y «mansas» gallinas no somos capaces de unirnos ni ante la amenaza de un enemigo común. ¿Será esto debido a que en el minúsculo cerebro de las gallinas se asienta una inteligencia y un raciocinio superior al que se asienta en el cerebro de nosotros los españoles?

Imagínense que un zorro entra en el gallinero del Congreso con la intención de comerse las gallinas. Apuesto que ni en esos momentos se unirían para hacer frente a quien les amenaza y, a través de ellos, amenaza a España.

La granja llamada España está amenazada por el zorro de la demagogia, el del populismo, el del independentismo, el del feminismo, el de las ansias bárbaras de poder, el de la economía y sus gallinas continúan picoteando aisladas las unas de las otras, sin visos de que la presencia amenazante de esos zorros consiga unirlas.

Ya hay un español que quiere / vivir y a vivir empieza, / entre una España que muere / y otra España que bosteza. / Españolito que vienes / al mundo te guarde Dios. / Una de las dos Españas / ha de helarte el corazón.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído