«Los pueblos mueren por suicidio, no por asesinato» Arnold J. Toynbee, historiador británico.
España empezó a suicidarse el 11 de marzo de 2004 a raíz de los atentados de Atocha. Un pueblo acobardado, desorientado y manipulado entregó España a Zapatero.
Tuvieron que pasar más de siete años para que los españoles nos diéramos cuenta de lo que habíamos hecho. Tras Zapatero llegó Rajoy y desde ese mismo momento a los españoles les dijeron que el bipartidismo es malo y mucho peor las mayorías absolutas, y los españoles nos lo creímos (algunos no). El Congreso se convirtió en un avispero de partidos políticos dedicados única y exclusivamente a desmantelar España para llenar las buchacas de sus ambiciones particulares. Ayer 28 de abril, los españoles – dando muestras de que somos un país sin memoria y con un porcentaje de estupidez por encima de lo soportable – acabamos de entregar España a Sánchez y sus malas compañías. Los que habéis votado esta España en demolición, los que habéis diseñado un Congreso con más partidos que escaños, ya tenéis la España que queréis. Disfrutadla mientras dura su agonía.
Vale.
