ANALISIS

Si traicionas a tus votantes y se van con otro partido, la culpa la tienes tú por defraudarles

Si traicionas a tus votantes y se van con otro partido, la culpa la tienes tú por defraudarles
Empresario, politico, rico y vago. EK

Hay cosas en la vida que parecen de sentido común, hasta que las trasladamos al terreno de la política.

Una de esas cosas es la fidelidad: el cumplimiento de los compromisos adquiridos.

Sobre esto reflexiona en voz alta @ElentirVigo en Contandoestrelas este 29 de abril de 2019:

Un novio que traiciona a su pareja

Imaginemos el caso de una pareja. Un joven apuesto promete a su novia todo lo habido y por haber para ganarse su afecto. Ella da crédito a sus promesas, ¡parece un buen chico! Sin embargo, con el paso del tiempo el chico va olvidando lo prometido. Un día, la chica encuentra a su novio besándose con otra.

Ella se siente engañada. El chico le dice que no es lo que parece, que ha malinterpretado lo ocurrido. Ni siquiera le ruega que le perdone, pero ella, a pesar del daño que le ha hecho, decide seguir a su lado. Sin embargo, pronto descubre nuevas infidelidades. Un buen día, ella se harta y le dice que le abandona. Él no se lo cree. Considera que la chica será incapaz de vivir sin él.

Es tan engreído que se cree que puede engañarla una y otra vez sin que haya consecuencias. Ella deja de llamarle. Pasan los meses, y mientras él sigue enrollándose con otras, piensa que la chica volverá algún día a su lado, rogándole perdón por haberle abandonado.

¿Es culpa de la chica si abandona a ese tipo?

Sin embargo, unos meses más tarde el chico se encuentra a su exnovia en compañía de otro. Ella ha encontrado a un hombre que la quiere de verdad y que le es fiel. A la chica se la ve feliz e ilusionada.

Su nueva pareja no es un hombre rico. Sabe que a su lado pasará más estrecheces que con su exnovio, pero no le importa. Lo que le importa es ser respetada y querida de verdad por alguien que la merezca y que no la traicione.

Su exnovio no lo entiende, estaba convencido de que ella volvería con él, se siente desgraciado y echa la culpa al tío ése que le ha «robado» -eso es lo que él piensa- a «su chica». Es incapaz de entender que ha sido él mismo el que la ha alejado de su lado con sus infidelidades. Es él mismo quien tiene la culpa de haberla perdido.

Pidiendo votos de derechas para hacer políticas progres

Pues bien, amigos míos: si trasladamos este caso a la política, hay personas que creen que un votante tiene que aguantar todas las traiciones del partido al que vota, simplemente porque ese partido tiene más votos, aunque con ellos esté tomándole el pelo a quienes le confiaron su apoyo.

Hay gente que piensa que si ese partido pierde votantes, la culpa no la tiene el ese partido por traicionarles, sino los votantes por retirarle su confianza y elegir a otras opciones que asumen esos planteamientos que aquel partido traicionó.

Es más: hay gente que piensa que lo importante no era que ese partido traicionase a sus votantes, sino que la derecha estuviese unida, aunque estuviese aplicando las mismas políticas de izquierda: subidas de impuestos, aborto, ideología de género, feminismo progre, memoria histórica, nacionalismo lingüístico en Galicia…

Feijóo comete la osadía de hablar por los votantes de Vox

Ayer mismo Feijóo dijo que «la inmensa mayoría de votantes de Vox ya están arrepentidos» como si él hablase por nosotros, como si nosotros hubiésemos hecho algo malo dejando de votar a un partido que nos mintió.

Pues mire, no: de lo que yo estoy arrepentido es de haber votado a Feijóo en 2009, cuando prometió libertad lingüística, una promesa que traicionó poco después de ganar las elecciones. Y no se conformó con traicionar esa promesa, sino que además se puso a atacar a los que veníamos defendiendo ese derecho, llamándonos «extremistas» e incluso equiparó la libertad lingüística con el régimen racista del Apartheid.

Es decir, que no se conformó con mentirnos, sino que después se puso a insultarnos. Es como un tío que le pone los cuernos a su novia y cuando la chica le deja, él no se conforma con echarle la culpa sino que incluso la llama «zorra». Ayer 2,6 millones de votantes, hartos de tanta traición y tanto insulto, apoyamos a Vox. Y el tipo que nos traicionó y nos insultó no tiene derecho a hablar por nosotros.

Si el PP cree que levantará cabeza a base de prepotencia, lo tiene crudo

Es triste tener que explica algo tan básico: si en la dirección del PP creen que la culpa de su fracaso la tienen sus exvotantes, es porque no nos respetan. Esos políticos esperaban que la apelación al miedo bastase para hacernos olvidar los engaños pasados. Es pasmoso que haya un partido tan ciego a la realidad y tan pagado de sí mismo.

Quienes piensan que el PP tiene razón al culpar de su fracaso a Vox y a sus votantes, es porque se creen que tenemos que votar al PP simplemente porque es el PP, haga lo que haga. Pues no. Si hay algo sano es un entorno de libre mercado es la competencia, porque permite que cuando un proveedor falla al cubrir las necesidades de sus clientes, surjan otros que consigan cubrirlas.

El PP llevaba años instalado en una mentalidad de monopolio, creyendo que podía maltratar a sus votantes sin sufrir las consecuencias. Pues bien: esos tiempos se han acabado. Si la dirección del PP sigue empeñada en que esos tiempos vuelvan, echando mano de chulería y de prepotencia, lo que conseguirá es que esos 3,5 millones de votantes que perdió ayer sean más en próximas convocatorias electorales.

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