Análisis

Rafael López Charques: «¿Y ahora que?»

Rafael López Charques: "¿Y ahora que?"
La soledad en la sede del Partido Popular tras los resultados de las elecciones generales YT

Hemos tenido las elecciones generales, en las que como de costumbre, todos han ganado. Unos porque efectivamente han ganado, otros porque han obtenido más escaños que los que les auguraban las encuestas, también están contentos los que han descendido menos de lo que se anunciaba, incluso aquellos para los que fueron un debacle porque han sacado enseñanzas muy positivas para el futuro. En definitiva, todos estamos con Alicia en el País de Las Maravillas. ¿Qué más podemos pedir?

Sin embargo, y aún inmersos en esta felicidad, al tiempo que nos regocijamos, muchos nos preguntamos ¿y ahora qué?

Efectivamente, ¿qué va a pasar?, ¿qué gobierno se formará?

Los rojos, ganadores de las elecciones con ciento veintitrés escaños, tan solo pueden lograr mayoría absoluta y formar gobierno a la primera, si les votan los morados y la izquierda republicana catalana. Esto nos parece una quimera, pues a las dos últimas formaciones les conviene un ejecutivo débil, que esté siempre en sus manos.

La opción más realista es que intenten, a la segunda, formar un gobierno con mayoría simple. Teniendo en cuenta que es previsible que azules, naranjas y verdes, que suman ciento cuarenta y siete escaños, voten en contra, esto nos lleva que los rojos necesitarán el apoyo de al menos veinticinco diputados de otras formaciones, ya sean los morados, independentistas, los pro etarra, etc.

Podemos pensar que así ocurrirá, a la segunda gobierno por mayoría simple y asunto concluido. Sin embargo dado que de no conseguir esos apoyos habrá que repetir las elecciones, nos entran las dudas; sospechamos vista la situación, que más de una formación lo desea, no tanto para mejorar sus propios resultados, sino con la esperanza de que ello suponga un desgaste para los rojos, saquen menos votos y en consecuencia ellos sean aún más necesarios.

Lo anterior nos lleva a la realidad. El indudable egocentrismo del presidente en funciones, le llevará a hacer lo posible y lo imposible para conservar el puesto, por lo que, diga lo que diga, llegado el momento pactará lo que sea con quien sea. Esta cuestión la conocen muy bien las formaciones de las que depende, y la exprimirán al máximo.

Es indudable que el apoyo que presten algunos partidos al rojo, este tendrá que pagarlo a precio de oro, y las consecuencias las sufriremos como de costumbre todos los españoles, que para eso estamos.

El pago puede ser expreso o tácito.

En la primera modalidad ya lo está reclamando la formación morada. Su líder quiere que él y alguno de los suyos, entren el futuro gobierno, así lo ha dicho expresamente. No se conforma con un acuerdo programático, quiere poder, para hermanarnos con su admirada Venezuela. Acuérdense que lo planteo sin tapujos en las pasadas elecciones.

La segunda modalidad se traduce en concesiones de todo tipo. Por ejemplo ya ha trascendido la noticia, de que el interino pondrá como condición a la realización en nuestro país del mayor proyecto de supercomputación del continente, a que tenga lugar en Cataluña. A ello pueden añadirse la generosidad desproporcionada de los fondos que recibirá dicha comunidad. Otra contraprestación será el casi seguro indulto a los golpistas, disfrazado del deseo de cerrar heridas y restaurar la convivencia.

¿Y ahora qué?, ¿qué nos espera? Solo hay una respuesta racional, nada bueno. Nos gustaría equivocarnos, pero por el camino que vamos acabaremos siendo varias Españas, pobres, pequeñitas y cabreadas.

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