Grupos insurgentes, gobiernos de corte dictatorial en el mundo y hasta organizaciones ligadas al narcotráfico, están utilizando criptomonedas para obtener beneficios económicos y así seguir financiando ciertas actividades ilícitas que ponen en peligro a la población mundial.
Según un artículo publicado en el diario «La Razón» de España, las unidades antiterroristas del mundo occidental mantienen abiertas líneas de investigación para tratar de descubrir las vías de financiación mediante criptomonedas de las bandas yihadistas, en especial el bitcoin, cuya «trazabilidad» (origen y destino), es muy difícil de determinar.
«Todas las semanas, las páginas yihadistas y canales en redes sociales, insertan carteles en los que se solicita la financiación por medio de este sistema, con el fin de poder continuar la «guerra contra los cruzados (cristianos)», advierten especialistas en la materia.
Ya es mundialmente conocido que los carteles de la droga, han desarrollado distintos sistemas para lavar dinero mediante las criptomonedas.
De acuerdo a la información suministrada por Lilita Infante, una agente especial de la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA), actualmente solo el 10% de las transacciones con criptomonedas son usadas para actividades ilegales.
«Las actividades ilícitas se realizan principalmente a través de la web oscura, donde se venden productos ilegales que son pagados mayormente con criptoactivos, convirtiendo a esta práctica en una tendencia en aumento en el último año. Así, indica que son las organizaciones criminales, como los carteles de la droga, las que utilizan cada vez más las monedas digitales en sus operaciones, las cuales incluyen desde el lavado de dinero hasta las transferencias transfronterizas», precisa la funcionaria de la DEA.
Igualmente, algunos grupos menos conocidos, como por ejemplo guerrillas urbanas, también se han enfocado en buscar financiamiento para sus actividades mediante transacciones de criptomonedas.
Con respecto a regímenes políticos, la dictadura liderada por Nicolás Maduro en Venezuela, creó una criptomoneda denominada «Petro», para así poder financiar la tiranía y obtener los recursos que le permitan mantenerse en el poder.
El criptoactivo que es respaldado supuestamente por las reservas petroleras de Venezuela, también busca saltar las sanciones impuestas por los Estados Unidos y Europa, que tienen un cerco financiero al régimen de Maduro, debido a la constante violación de Derechos Humanos y presuntas actividades ilícitas cometidas por funcionarios ligados a la también llamada «Revolución Bolivariana».
Ante estos escenarios organismos como el Parlamento Europeo, el Congreso de los Estados Unidos, la DEA y Grupos Antiterrorismo, se encuentran trabajando en regulaciones y sanciones que permitan detener el financiamiento ilícito para actividades oscuras, lo que se traduciría además en más seguridad para la población mundial.