Queda tan solo esta semana para asistir a representaciones teatrales por parte de nuestros políticos, cosa que agradecemos, no tanto porque se acaben en sí, sino porque dejen de marearnos con sus fantasías, pues casi dos meses es mucho aguantar. Después ya entre bastidores, por suerte para nosotros, seguirán con sus tinglados, pero ya no trataran de emborracharnos con sus ofertas estrella. De lo que trascienda, hasta que se constituyan los gobiernos, lo mejor es poner en cuarentena todo, pues como nos advierten al comenzar muchas películas, cualquier parecido con la realidad será pura coincidencia. Lo que si nos aventuramos a presagiar, dadas las perspectivas, es que nada bueno para el país va a pasar.
Si podemos asegurar que numeritos y hechos curiosos hemos tenido bastantes. Uno de los que más ha llamado la atención es el ocurrido en el velatorio de un ex vicepresidente. Empezó extrañando los honores que se le rindieron, pero lo más curioso es que un hombre se planta ante el féretro, en la capilla ardiente instalada en el Congreso, en donde abundaban las fuerzas de seguridad, y lanza papeles al aire pidiendo hablar con diversas autoridades. Nadie se mueve, ¿los de seguridad estaban en huelga?, y tiene que ser el presidente interino el que se levanta y lleve a otra sala. Muchos españoles habrán quedado de piedra ante tal gallardía. Sin embrago ha circulado por alguna prensa que muy posiblemente, fue todo un numerito pactado de antemano, que no fue más que otro acto teatral, a los que nos tiene acostumbrados el interino, cara a la galería.
Un ejemplo de que posiblemente nada bueno nos va a pasar, es la falta de respeto a muchos españoles, mejor dicho a la mayoría, en una exposición auspiciada por la Diputación de Córdoba. No olvidemos que la convivencia exige respeto, que ha de ser mutuo. Podemos considerar que una parte de una tradición o sentimientos de un pueblo es ridícula, bien, es muy respetable esa opinión, pero ello no nos autoriza a mofarnos de ella. Una obra de dicha muestra, la titulada «Con flores a María» es claramente ofensiva para muchos ciudadanos, pues falta al respeto a sus creencias. Si bien se ha presentado como «una reivindicación de la feminidad más profunda‘, creemos que para lograr tal fin, sobran maneras de hacerlo sin ofender a nadie. Es cierto que alguien ha rasgado la pintura, pero pueden darse por contentos la autora y los responsables de la exhibición; si en vez de reírse públicamente del catolicismo lo hubiese hecho de otra religión, posiblemente los rasgados hubieses sido ellos.
Si hablamos de ingresos, los morados proponen que los eurodiputados reciban cuatro veces el salario mínimo, tres mil seiscientos euros al mes. Los datos conocidos revelan que cada uno de los segundos cobra ocho mil setecientos cincuenta y siete con setenta euros al mes en catorce pagas. Según dicha formación el exceso se donará al partido y a proyectos sociales de una plataforma que depende del mismo. En otras palabras, todo queda en casa. En vez de predicar tanta ética, sería mejor que explicasen porque seis de sus diputados en el Congreso, ciertamente elegidos por otras circunscripciones, cobraban la dieta de alojamiento teniendo casa en Madrid.
Fracasado el intento de convertir al jefe socialista catalán en presidente del Senado, dos personas del partido de esa comunidad van a presidir ambas cámaras. ¡Viva el peloteo! Una de ellas se proclamó tiempo atrás partidaria de una consulta sobre la independencia. Es decir, ante el fracaso, el interino rápidamente ha puesto en marcha un plan alternativo, eso sí, dando un caramelo a los separatistas, que seguirán maniobrando para conseguir todo lo que quieran Conociendo el egocentrismo del interino, apostamos por que lo consiguen.
Dadas las perspectivas, con razón podemos temernos que nada bueno va a pasar.