Análisis

Cristiano Brown: «Inmigración: los populistas buscan culpables»

Cristiano Brown: "Inmigración: los populistas buscan culpables"
Cristiano Brown. EP

Un artículo de Cristiano Brown, portavoz nacional de UPYD y candidato al Parlamento Europeo en las listas de Ciudadanos.

Al igual que en su día la izquierda populista criticaba a la casta y a los ricos de los problemas que afectaban a las partes más desfavorecidas de la sociedad, hoy en día, los extremistas, pero en este caso de derechas, culpan a la inmigración de los males que afectan a nuestro continente y a George Soros de haberla incentivado.

Como siempre, recurren a mensajes simples y fáciles de entender pero que distan mucho de la realidad y de cualquier solución al problema que esconde tras las crisis migratorias. Es mucho más sencillo arrastrar votos con el discurso del miedo al diferente en vez de decir la verdad sobre este asunto.

Y la verdad es que la llegada de inmigrantes a las fronteras de la Unión es inferior a la de años anteriores. Según datos de FRONTEX, estamos muy lejos de las cifras que experimentamos en 2015. No obstante algunos han decidido usar este drama humanitario como herramienta para recolectar votos. Prueba de ello es el uso que están haciendo algunas formaciones políticas de las redes sociales para la proliferación mensajes y noticias falsas sobre las ayudas públicas que se conceden a la población extrajera. Ninguno dedica un solo minuto a reconocer los beneficios y la contribución por parte de la población inmigrante regular sobre el desarrollo que ha experimentado por nuestra sociedad durante los últimos años.

Otro aspecto a destacar es que la solución a este asunto pasa por un gran acuerdo político a nivel nacional y europeo. Un acuerdo que permita proteger nuestras fronteras con los medios necesarios, velar por el cumplimiento de la legislación vigente y evitar los discursos electoralistas. No obstante, mientras algunos sigan usando este tema como caballo de batalla electoral será muy difícil acordar y coordinar una solución.

Al mismo tiempo, ese hipotético Pacto de Estado por la Inmigración también se ve perjudicado por el comportamiento pueril e irresponsable de las fuerzas de izquierda. Pedro Sánchez tardó muy pocos días en utilizar a los inmigrantes del Aquarius como una herramienta de marketing político al decidir de forma unilateral su acogida en España sin contar con la necesaria coordinación por parte de la Unión Europea. No pongo en duda las razones humanitarias de tal decisión, pero sí quiero recalcar que no podemos ir cada país por su lado y debemos actuar de forma conjunta tanto para pagar los costes de la protección de las fronteras de la Unión, como para sufragar los gastos de los CIEs que en muchas ocasiones están en condiciones indignas.

Sin embargo, y para nuestra desgracia, el acuerdo sobre inmigración a nivel europeo está tan lejos o más de poder alcanzarse por el auge de los partidos de extrema derecha. Sin irnos muy lejos, el pasado sábado, el populista italiano Matteo Salvini reunió a sus partidos gemelos en la Plaza del Duomo de Milán en un multitudinario acto donde se acuso a la inmigración de ser uno de los principales males de las democracias occidentales. Lo que no explicaron ni Salvini, ni Marine Le Pen, ni ni uno de los presentes fue cómo sería la futura relación entre ellos si triunfan en sus objetivos anti-inmigración. Lo más probable es que el día de mañana, en vez de quejarse de los inmigrantes de fuera de la Unión pasarán a culpar a los de dentro, y los culpables de sus problemas pasaremos a ser los propios europeos. Y así caminaremos a la desunión y al conflicto entre los estados miembros.

Desde el equipo de Ciudadanos del que formo parte para las elecciones europeas, consideramos que el problema de la inmigración se resuelve actuando en el origen, buscando el desarrollo de los países emisores y estableciendo sistemas de coordinación entre los países de la unión. Además, apostamos por una inmigración regular eficaz de forma que esta funcione mucho de mejor de lo que está funcionando actualmente. Por supuesto, estamos en contra de criminalizar a los refugiados que huyen de una situación de persecución y de guerras. El sistema de acogida se debe reformar de forma inteligente, responsable y humanitaria. Pero eso solo se logrará si nos ponemos de acuerdo y dejamos desbloquear dichas reformas en las instituciones comunitarias.

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