La Moral y la Política, salta
A la vista que no se llevan bien:
Aquella sigue montada en un tren
A vapor, y ésta en uno de alta
Gama, en el que se viaja fetén.
En la Política es el insulto
Arma de fuego con balas de goma,
O hasta incluso pluma de paloma
En el sombrero de quien, siendo culto,
Si hiere, se considera una broma.
En este punto la duda ofende:
Quien se lleva la palma es la Izquierda,
Maestra en tensar y aflojar la cuerda
De la que, si es un Rojo quien pende,
Es de seda, y si no, es de cerda.
Convengamos que la Derecha es justa-
mente el reverso de la medalla:
Ante quien la insulta, si no calla
E intenta darle con la misma fusta,
Lo usual es que no da la talla.
La Moral pone bordes al barranco
De los insultos por si se desborda,
No se arroje todo por la borda…
En este caso es tal el atranco,
Que la que se organiza puede ser gorda.
En cualquier caso, en todo enfrentamiento
Entre estas damas, -da igual quien lo dijo-,
Si quien insulta, -en esto aún rijo-,
Es de Izquierda ¡ojo! … ¡es un talento!,
Pero si es de Derechas … ¡es un pijo!.
