ESPAÑA COMO UNIDAD DE DESTINO

La Ley de Memoria Histórica, el doble rasero y Sabino Arana Goiri

La Ley de Memoria Histórica, el doble rasero y Sabino Arana Goiri
Sabino Arana Goiri (PNV). PD

La aplicación de la Ley de Memoria Histórica que nos legó José Luis Rodríguez Zapatero y no derogó Mariano Rajoy está provocando disparates por doquier.

Es lo que ocurre en pueblos del País Vasco y Navarra, en los que en su callejero luce placa el mayor racista que ha producido España en los últimos doscientos años: Sabino Arana Goiri, salvando a Joaquim Torra, actual Presidente de la Generalitat de Cataluña.

Allí por donde ha gobernado y gobierna  el PNV o sus acólitos luce resplandeciente en el rotulo de calles y avenidas el nombre del fundador del PNV y creador de la ikurriña.

Su antología racista, xenófoba y etnicista da para muchas páginas, tantas como las que utilizó para difundir su ideario en 14 libros políticos y literarios, 33 obras poéticas y más de 600 artículos en periódicos y revistas de la época como Bizkaitarra, Baserritarra y La Patria.

Para Sabino Policarpio Arana, ni la historia, ni las costumbres, ni el pensamiento, el arte o la religión española merecieron su aprobación, ya que todo era el “reflejo de una profunda inferioridad espiritual que había pervertido el noble espíritu vasco·. Entre sus perlas escritas y recogidas en el libro de José Alfredo Elía Marcos, Racismo, historia del peligroso mito de la raza, figuran estas:

«La fisonomía del bizkaino es inteligente y noble; la del español inexpresiva y adusta. El bizkaino es de andar apuesto y varonil; el español, o no sabe andar (ejemplo, los quintos) o si es apuesto, es de tipo femenil (ejemplo, el torero). El bizkaino es nervudo y ágil; el español es flojo y torpe. El bizkaino es inteligente y hábil para toda clase de trabajos; el español es corto de inteligencia y carece de maña para los trabajos más sencillos. Preguntádselo a cualquier contratista de obras, y sabréis que un bizkaino hace en igual tiempo tanto como tres maketos juntos. El bizkaino es laborioso (ver labradas sus montañas hasta la cumbre); el español, perezoso y vago (contemplad sus inmensas llanuras desprovistas en absoluto de vegetación). (…) El bizkaino que vive en las montañas, que es el verdadero bizkaino, es, por natural carácter, religioso (asistid a una misa en aldea apartada, y quedaréis edificados); el español que habita lejos de las poblaciones, que es el verdadero español, o no sabe una palabra de religión, o es fanático, o es impío (ejemplos de lo primero en cualquier región española; de lo segundo entre los bandidos andaluces, que usan escapulario, y de lo tercero aquí en Bizkaya, en Sestao, donde todos los españoles, que no son pocos, son librepensadores). Oídle hablar a un bizkaino, y escucharéis la más eufónica, moral y culta de las lenguas; oídle a un español, y si sólo le oís rebuznar, podéis estar satisfechos, pues el asno no profiere voces indecentes ni blasfemias.» (Sabino Arana, en Bizkaitarra, Bilbao, 7 de julio de 1895.)

Arana describe a la raza vasca como una raza desgraciada por su contacto con el carácter español.

«Somos hijos de una raza desgraciada, somos miembros de una extraviada sociedad, y estamos en el deber de encaminar a su fin a la sociedad en que vivimos y de procurar la felicidad de la raza a que pertenecemos: y para encaminar a su fin a nuestro pueblo, hemos de enseñarle el único camino, y para que pueda conseguir su felicidad, hemos de mostrarle su actual desgracia y señalarle su causa. Y si publicamos la degradación del carácter español, es porque el euskeriano vea en su roce con ese pueblo la causa de su rebajamiento moral, y si afirmamos la independencia de nuestra raza, la afirmamos como necesaria e ineludible para evitar el mortal contagio y salvar a nuestros hermanos, a nuestra familia, a nuestra Patria.»
(Sabino Arana, en Baserritarra, Bilbao, 11 de julio de 1897.)

El odio hacia España se convirtió en Arana en la esencia de un programa político para su nacionalismo pro euskaldún, y de su plan independentista.

«El roce de nuestro pueblo con el español causa inmediata y necesariamente en nuestra raza ignorancia y extravío de inteligencia, debilidad y corrupción de corazón, apartamiento total, en una palabra, del fin de toda humana sociedad. Y muerto y descompuesto así el carácter moral de nuestro pueblo, ¿qué le importa ya de sus caracteres físicos y políticos?»

«¿Qué es, pues, lo que respecto de la pureza de la raza se contiene en el programa nacionalista? Puede reducirse en los puntos siguientes:

  • 1) Los extranjeros podrán establecerse en Bizkaya bajo la tutela de sus respectivos cónsules; pero no podrán naturalizarse en la misma. Respecto de los españoles, las Juntas Generales acordarán si habrían de ser expulsados, no autorizándoseles en los primeros años de independencia la entrada en territorio bizkaino, a fin de borrar más fácilmente toda huella que en el carácter, en las costumbres y en el idioma hubiera dejado su dominación.
  • 2) La ciudadanía bizkaina pertenecerá por derecho natural y tradicional a las familias originarias de Bizkaya, y en general a las de raza euskeriana, por efecto de la confederación; y, por cesión del poder (Juntas Generales) constituido por aquéllas y éstas, y con las restricciones jurídicas y territoriales que señalara, a las familias mestizas euskeriano-extranjeras».

El uso del euskera, unido a la pertenencia racial vasca, serán los rasgos que definirán al vasco puro. Para Arana, los “maquetos” eran la reencarnación de los males que aquejaban a la patria vasca. Este término despectivo es de origen prerromano (magüeto) y era usado en las provincias del norte de España como Cantabria y Asturias.

«Si nos dieran a elegir entre una Bizkaya poblada de maketos que sólo hablasen Euzkera y una Bizkaya poblada de bizkainos que sólo hablasen el castellano, escogeríamos sin dubitar esta segunda, porque es preferible la sustancia bizkaina con accidentes exóticos que pudieran eliminarse y sustituirse por los naturales, a una sustancia exótica con propiedades bizkainas que nunca podrán cambiarla,»

«Tanto están obligados los bizkainos a hablar su lengua nacional, como a no enseñársela a los maketos o españoles. No el hablar éste o el otro idioma, sino la diferencia del lenguaje es el gran medio de preservarnos del contacto con los españoles y evitar así el cruzamiento de las dos razas.»

«En Cataluña todo elemento procedente del resto de España lo catalanizan, y les place a sus naturales que hasta los municipales aragoneses y castellanos de Barcelona hablen catalán; aquí padecemos muy mucho cuando vemos la firma de un Pérez al pie de unos versos euzkericos, u oímos hablar nuestra lengua a un cochero riojano, a un liencero pasiego o a un gitano.»

«Les aterra el oír que a los maestros maketos se les debe despachar de los pueblos a pedradas. ¡Ah, la gente amiga de la paz…! Es la más digna del odio de los patriotas. »

«Si a esa nación latina la viésemos despedazada por una conflagración intestina o una guerra internacional, nosotros lo celebraríamos con fruición y verdadero júbilo, así como pesaría sobre nosotros como la mayor de las desdichas, como agobia y aflige al ánimo del náufrago el no divisar en el horizonte ni costa ni embarcación, el que España prosperara y se engrandeciera.»

Inspirado en las teorías biológicas darvinistas, ensalza la especificad racial de los vascos, en contraposición a la de los españoles o maquetos, a quienes coloca al lado de los animales:

«Gran número de maketos parece testimonio irrecusable de la teoría de Darwin, pues más que hombres semejan simios, poco menos bestias que el gorila: no busquéis en sus rostros la expresión de la inteligencia humana ni de virtud alguna; su mirada solo revela idiotismo y brutalidad.»

Arana fue más allá de exponer sus ideas y de declarar a la raza vasca como superior entre las demás. Confeccionará un reglamento nacionalista que se resume en la máxima Jaun-Goskua eta Lagi-Zara (JEL), que significa “Dios y ley vieja”. En este lema se expresa su deseo de crear una nación basada en el odio a todo aquel que no sea vasco de pura raza, que no hable euskera, que no sea católico y que se interponga en la creación de la nueva nación.
El sistema político-racial-religioso aranista vendría a ser como una mezcla entre el nazismo de Hitler y un fanatismo religioso, cuyas ideas extremistas es muy probable que algo hayan sido inspiradas por los planteamientos expuestos por el dictador alemán.

La relación entre el nacionalismo vasco y el régimen nazi se demuestra –señala José Alfredo Elía Marco- por el hecho de que el primer lehendakari vasco, José Antonio Aguirre y Lukebe buscó en 1936 negociar un protectorado vasco dentro de la futura Europa nazi. Durante cuatro meses permaneció en Berlín buscando apoyo para la creación de una División Vasca al servicio del nazismo. En el Euskadi Buru Batzar realizó un informe que respondía a las propuestas nazis sobre la “cuestión vasca”, en el que se puede leer:

«Por las relaciones que unen a Alemania y España creen los vascos que en general el triunfo de Alemania sería la consolidación del Régimen actual y por tanto de la desastrosa situación en que se encuentra en estos momentos el País Vasco.
Nosotros no compartimos esa opinión, porque creemos en el talento político de Führer, en su sagacidad, en su alto espíritu de comprensión y esperamos que en el ‘nuevo orden’ a establecer en Europa y particularmente en España, el problema vasco será tenido en cuenta:

  • 1. Porque a Alemania le interesa la pacificación de España y no puede escapar a su recto sentido que no hay pacificación posible sin una solución favorable a los vascos.
  • 2. Porque el problema vasco está íntimamente ligado al problema racial alemán y por tanto es lógico y natural esperar que el Führer lo acoja y lo resuelva con la mayor simpatía.
  • 3. Porque nos damos perfecta cuenta de que las simpatías de Alemania en España están en decadencia, y por lo tanto es de extrema importancia para el Führer recoger y captar nuevas simpatías si no quiere perder toda su influencia en España.»

En 1902, un año antes de su muerte, Arana recuperó la cordura y se arrepintió de todo lo que hasta entonces había predicado y dio órdenes a su hermano Luis de que suprimiera el PNV, aduciendo que los vascos sólo podrían encontrar la felicidad dentro de España. Para ello fundó la Liga de Vascos Españolistas.

Pero la semilla ya había enraizado en esas tierras tan españolas y sus seguidores no le hicieron caso porque había importantes intereses económicos en juego -especialmente la explotación de los minerales de hierro de Vizcaya y su exportación a Inglaterra- y una burguesía floreciente muy interesada en no someterse al control legal ni fiscal del Estado, y para quien la independencia les podría resultar muy rentable.

Y este personaje que tanto daño hizo a España luce en el callejero de cualquier localidad del País Vasco, y sus sucesores en el PNV y aledaños nos quieren dar lecciones permanentes de democracia y solidaridad. ¡Qué dislate! Por la transcripción: JORGE DEL CORRAL Y DÍEZ DEL CORRAL

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Autor

Jorge del Corral

Hijo, hermano y padre de periodistas, estudió periodismo en la Escuela Oficial de Madrid. Ha trabajado en cabeceras destacadas como ABC y Ya. Fue uno de los fundadores de Antena 3 TV. Miembro fundador de la Asociación de Periodistas Europeos (APE) y del Grupo Crónica, creador de la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión (ATV) y fundador de la Unión de Televisiones Comerciales (UTECA). Un histórico de la agencia EFE, donde fue subdirector y corresponsal en Roma.

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