El fracaso de Argentina como nación es el mayor misterio político del siglo XX».
Yo diría que también del siglo XXI, porque la frase, con la que el semanario «New Statesman» abría su portada hace cuatro décadas, sigue plenamente vigente.
Leyendo hoy, en estas mismas páginas, la descripción que los compañeros de PD América hacen de la situación en el país austral, me entran escalofríos.
No ha cambiado nada. Ni siquiera los nombres. Siguen en la pomada los mismos políticos ladrones y sindicalistas facinerosos que llenaban el escenario cuando fuimos a Buenos Aires a cubrir juicios militares, corralitos bancarios y cercos piqueteros. Y todos se dedican a lo mismo: robar.
Argentina no es la Nicaragua sandinista o la Venezuela chavista. No se trata sólo de un país capaz de ganar campeonatos mundiales de fútbol, sobresalir en Fórmula-1, triunfar en tenis y producir escritores, artistas y cineastas geniales.
Tiene premios Nobel (Paz, Medicina y Química). La inmensa mayoría de sus 45 millones de habitantes es de origen europeo. Cuenta con la tierra más feraz del planeta, petróleo y mares ricos en pescado.
¿Cómo es posible entonces que la tercera parte de su población viva en la pobreza?
Buscando algo de luz, he releído «El enigma argentino descifrado para españoles», que publicó hace ya tiempo Horacio Vázquez-Rial y cuanto más se, más me indigno.
¿Quién puede explicar que una nación exportadora de alimentos, albergue a 4 millones de hambrientos? La cifra, del Instituto para el Desarrollo Social, la hizo pública Jorge Casaretto, obispo de San Isidro.
Y sobre ese sonrojante telón de fondo, se perfila la casi certeza de que los caraduras peronistas retornan al poder.
Los mercados financieros han reaccionado con pánico tras la amplia victoria del peronista Alberto Fernández sobre Mauricio Macri en las primarias. Y la economía argentina bordea ya el colapso.
El peso se devaluó un 25% frente al dólar, pese a una subida de los tipos de interés hasta el 74%, y los valores bursátiles cayeron hasta un 60% (la sesión cerró con una caída del 37,9%). Ha sido un lunes negro este 12 de agosto de 2019 y se perfilan muchos más.
Lo peor, sin embargo, es la perspectiva para los próximos meses. No hay quien pueda entender, desde la cordura, que siga en el machito una sinvergüenza como Cristina Kirchner, la expresidenta que triplicaba al año su patrimonio, especulaba con terrenos y hacía negocios ilícitos, a la sombra de los cuales prosperaron amiguetes de la peor ralea.
Todo ello, insultando a los inversores españoles, chantajeando a Repsol y dando abrazos a Chávez.
¡Vaya tropa!