Inquietud ante las intenciones del Ejecutivo monclovitar de dirigir y monotorizar la vida de los ciudadanos españoles

El Gobierno socialcomunista de Sánchez se parapeta en el CIS para imponer su mordaza a los medios incómodos

"Entre tanto ministerio, Sánchez olvidó crear el de la 'verdad absoluta', pero no ha olvidado conceder a Iglesias un poder omnímodo sobre el CNI"

El Gobierno socialcomunista de Sánchez se parapeta en el CIS para imponer su mordaza a los medios incómodos

El Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez ya no se corta un pelo a la hora de tratar de imponer la censura en los medios de comunicación.

Es el sueño húmedo de Pablo Iglesias al que le gustaría que solo hubiera un discurso en toda España, el de los medios oficiales, como si esto fuese Venezuela o Irán.

Y el presidente del Ejecutivo va y le encarga a su sociólogo de cabecera, ‘MasterCIS’ Tezanos que haga la pregunta a los ciudadanos, si estarían a favor de recibir únicamente información por un canal oficial.

Como bien remacha este 16 de abril de 2020 un puntazo editorial de La Razón, que previamente define el sistema como algo menos «tosco», ya se sabe lo de poner una vela a Dios y otra al diablo:

Sólo tendrán validez las informaciones que el Gobierno considere oportunas, «verdaderas» y, no nos engañemos, afines a sus intereses. Lo grave –y lo tentador– es que el 66,7 está a favor.

En cambio, el diario ABC es quien le mete un buen repaso al gabinete sanchista por la mordaza que pretende imponer en España y además de una manera taimada, sin que muchos españoles se den cuenta de lo que realmente implica eso de informarse nada más por fuentes oficiales:

Resulta inédito que el CIS pregunte a los españoles si conviene imponer la censura informativa en los medios de comunicación. Ya no se trata de que José Félix Tezanos diseñe con dinero público sondeos a mayor gloria de Sánchez y de su enfermiza necesidad de autobombo, sino de que al menos no incurra en la burda maniobra de fabricar un No-Do del siglo XXI para el presidente del Gobierno. Estamos ante un intento de pervertir las libertades y de crear el caldo de cultivo para imponer un régimen autoritario.

Para el rotativo de Bieito Rubido, la idea de preguntar a la población tamañas barbaridades como si hay que prohibir las informaciones engañosas por las redes sociales y determinados medios de comunicación es poco menos que un insulto:

Resulta insultante que el CIS pregunte si habría que «prohibir» la difusión de bulos e «informaciones engañosas y poco fundamentadas por las redes y los medios de comunicación, de modo que bastasen solo las «fuentes oficiales» para hablar de la pandemia.

Para el ABC no es de extrañar que una gran mayoría esté a favor, entre otras razones porque Tezanos ha cocinado a la perfección los datos y la pregunta, como siempre, se hace de tal manera a los encuestados que prácticamente prefabricas la respuesta:

La respuesta, abrumadoramente mayoritaria a favor del aparato de propaganda de La Moncloa, se daba por descontada. Entre tanto ministerio, Sánchez olvidó crear el de la «verdad absoluta», pero no ha olvidado conceder a Iglesias un poder omnímodo sobre el CNI, o cerrar el Portal de Transparencia, que está obligado a mantener por ley para informar de las adjudicaciones públicas. Por eso se niega a responder sobre quién intermedió y vendió a España miles de test fraudulentos pagados con dinero público, o por qué empresas-fantasma siguen protegidas por La Moncloa con nuevos contratos opacos.

Con esta clase de preguntas del CIS y con su golpe de mano a la transparencia, el Gobierno cercena cualquier opción de ser interrogado por algo que le pueda resultar molesto. Así se legitima la censura, y cuando en La Moncloa no gusta alguna pregunta dirigida a Sánchez, se responde con evasivas o directamente se miente.

Sentencia el editorial del periódico de Vocento que resulta inquietante como se trata de manejar desde el poder al ciudadano y que no descarta que al final este sea sometido a un espionaje que traspase todos los límites de un ‘gran hermano’:

Nunca antes el CIS hizo una pregunta tan burda, tan ideologizada y tan abusiva. Nunca antes se predispuso tanto hacia una respuesta contra la libertad de información, y nunca antes se manejó al ciudadano de forma tan inquietante. Ayer, Europa anunció un plan progresivo para la readaptación a la normalidad, y por ello avaló el uso de aplicaciones móviles entre los ciudadanos para poder identificar eventuales focos de contacto. En España y con este Gobierno, da miedo la simple sospecha de que ese criterio pueda ser utilizado como coartada para un espionaje masivo y un control orwelliano de las personas.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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