LA TRIBUNA DEL COLUMNISTA

Pablo Iglesias, inspector de alcantarillas, es la mayor cloaca de la democracia española

Santiago González: "Pablo Iglesias recuerda a aquella concejal del PSOE en Los Yébenes, Olvido Hormigos, que se grabó un vídeo autoamatorio para regalárselo al portero del equipo de su pueblo"

Pablo Iglesias, inspector de alcantarillas, es la mayor cloaca de la democracia española

De víctima ni siquiera la goma con la que sujeta su coleta.

Pablo Iglesias Turrión, según pasan las horas, se ve cada vez más señalado como el gran urdidor de unos presuntos delitos, entre ellos el de chantajear a su exasesora Dina Bousselham y mentir sin freno a los tribunales de Justicia.

Lo cierto es que este 27 de junio de 2020 los editoriales y tribunas de la prensa de papel dejan cada vez más claro que el vicepresidente segundo del Gobierno y líder de Unidas Podemos no va a salir de este escándalo limpio de polvo y paja. Otra cosa será que el propio Ejecutivo del que él forma parte intente forzar la maquinaria judicial para paliar los daños que pueda sufrir el ‘marqués de Galapagar‘:

Cuenta el editorial de ABC que:

Iglesias se ha permitido arremeter contra el juez por excluirle del proceso como víctima y por haber sugerido que podría ser responsable de algunos delitos. Iglesias ha convertido el proceso en una estafa procesal y no es víctima de nada, sino culpable de chantajear a su antigua asesora, de mentir a los Tribunales y de usar la Justicia en beneficio de Podemos a través de engaños. Iglesias podrá no ser penalmente responsable. O sí. La Justicia lo decidirá. En cualquier caso, hoy ya es culpable de una maniobra que le desacredita como cargo público y que demuestra que Podemos, y no el Estado, sí es una «cloaca». El «caso Dina/Villarejo» es ya el «caso Iglesias».

Luis Ventoso asegura que el final político del líder de Podemos está cada vez más cerca con el estallido del escándalo Dina:

Con Pablo Iglesias estamos ante el «Efecto final del Imperio romano». El coche oficial, sus bravatas y su eficacia como sofista teatral sostienen una fachada de falso vigor político, cuando la verdad es que ya enfila su ocaso. En 2015, Podemos obtuvo 65 diputados. En noviembre del año pasado, 33. Podemos ha perdido su poder municipal, no pinta nada en los gobiernos autonómicos y va en moto hacia abajo en las urnas. Moralmente, todo su discurso por «la gente» y contra «la casta» quedó arruinado cuando en un desliz de nuevo rico se compró un magnífico chalé serrano, incurriendo en lo que antes criticaba a otros políticos. Por último, lo embadurna el caso del pin telefónico abrasado de su excolaboradora Dina Bousselham. El vicepresidente social –a veces alegremente social–, ha pasado de pintarse como víctima de «las cloacas del Estado» a ser el posible armadanzas de la cloaca. La debilidad de Sánchez lo mantiene por ahora ahí. Pero no nos engañemos: Iglesias ya es un disco rayado y demodé.

El editorial de El Mundo señala que Iglesias no es víctima de ninguna conspiración de las cloacas del Estado. Más bien, todo lo contrario:

Lejos de ser una víctima, Iglesias es hoy sospechoso de haber participado, él sí, en turbios manejos. Recibió una copia del dispositivo robado y no se la entregó a su propietaria al menos meses después, pese a que contenía material íntimo. Y, cuando lo hizo, la tarjeta había sido inutilizada. Que Iglesias se hubiese beneficiado de filtraciones supondría un caso de corrupción institucional que en toda democracia obligaría a depurar responsabilidades inmediatas.

Santiago González hace una comparación excelente entre lo sucedido en el caso de Iglesias y su exasesora con el caso Olvido Hormigos:

Pablo Iglesias recuerda a aquella concejal del PSOE en Los Yébenes, Olvido Hormigos, que se grabó un vídeo autoamatorio para regalárselo al portero del equipo de su pueblo. Pasó lo que tenía que pasar a quien se acuesta con niños: cuando ella quiso poner fin a la relación, él se vengó colgando el vídeo en internet y ella acusó de la difusión al alcalde del PP. El asunto ha llegado muy arriba como para quedarse en nada. Pablo Olvido Iglesias Turrión , inspector de alcantarillas es la cloaca mayor de la democracia española, si es que aún merece tal nombre. El juez García Castellón tiene la palabra.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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