Reparte palos a diestra y a siniestra con el famoso asunto del cartel promocional de ‘Patria‘, la serie que en breve, a finales de septiembre de 2020, estrenará en televisión el canal HBO España.
Arcadi Espada, en su tribuna de El Mundo este 3 de septiembre de 2020, no solo da un tirón de orejas a esa cadena, sino también al propio escritor de la novela, Fernando Aramburu, en este caso por haber dado publicidad a la famosa lona en la que se ven dos escenas, la de una mujer con el cuerpo inerte de un asesinado por ETA y el de un etarra siendo sometido a supuestas torturas en una comisaría.
El columnista insinúa que todo el maremágnun de críticas y reacciones al cartel de ‘Patria’ se desencadenaron con la mecha prendida por el propio autor de la novela:
Naturalmente no he leído Patria. Yo solo leo ficciones sobre ficciones. Por eso entra dentro de lo posible que vea la serie de Hbo que se estrenó ayer en la Gran Vía de Madrid con la colocación de un enorme cartel. El cartel muestra dos escenas: a la derecha una víctima del terrorismo acabada de asesinar y a la izquierda una sesión de tortura sobre un detenido. Las dos escenas se remiten sin mayor esfuerzo icónico al género de la pietà. A partir de que Fernando Aramburu diera publicidad al cartel en twitter: «Madrid, hoy, ahora» escribió como pie de foto –18 horas después ha dicho en su blog que el cartel le parece un desacierto– se desencadenaron múltiples acusaciones de lo que llaman equidistancia.
Precisa que HBO tiene un plan claro, el de ganar dinero, aunque matiza que eso también lo hacen otros escritores mostrando una ambigüedad a la hora de emitir opiniones:
No sabría decir hasta qué punto la practica Hbo, pero su plan es recaudar dinero entre las víctimas y los asesinos, y entre los torturados y los torturadores. Su negocio es un atrapalotodo moral. El mismo al que se dedican, por cierto, innumerables escritores que silencian o se muestran deliciosamente ambiguos en sus opiniones políticas: la fractura civil del mercado es lo que más temen. Tampoco sé hasta qué punto el cartel responde a lo que es la serie. Ni la novela. La novela fue unánimemente alabada, salvo por Juan Abreu, que escribió: «Una novela de la Paz, sin vencedores ni vencidos, una novela donde las buenas intenciones lo esponjan todo».
No obstante, define como «mendacidad» el proceso o procedimiento de HBO España para promocionar su serie:
Lo único relevante para mí ahora es que la productora ya ha conseguido levantar el interrogante clave que de partida posiciona bien –así hablan– a su negocio. El procedimiento es de una sucia y elemental mendacidad. La lucha nunca fue entre los asesinos y los torturadores, sino entre los asesinos y la ley. Una ley que, por supuesto, condenó también a los torturadores. Pero Hbo no va a sufrir el menor riesgo de que se levanten aquí protestas en nombre de alguna cultura de la cancelación. Las víctimas de ETA llevan ya mucho perfectamente canceladas. Lo máximo que Hbo tiene previsto, y lo tenía mucho antes de ponerlo, es cuándo van a quitar el cartel para dar satisfacción, atrapalotodo y más.
Espada recuerda a Aramburu que tampoco tiene motivos para exigir cuentas:
En cuanto a Aramburu no veo motivos para que reproche nada a nadie, empezando por sí mismo. Él sostiene que la línea divisoria de su novela es entre la gente que sufre y hace sufrir, y quién podría negar que los asesinos sufren. ¡El dolor de muelas no respeta a nadie! Como tantos otros de su estirpe, él iba en busca de la alta verdad poética, mucho más allá del caca, culo, pedo y pis de la crónica. Esa alta verdad aristotélica que acaba siempre defecada en un cartel de lugar céntrico.
