Han salido como posesos a criticar los sucesos acontecidos en el Capitolio.
La tropa de Unidas Podemos y demás fauna progre y comunistoide agregada han puesto el grito en el cielo ante lo que entendían como un intento de socavar la democracia.
Claro, se certificaba oficialmente ya el triunfo de Jon Biden en los Estados Unidos y los partidarios del presidente saliente, Donald Trump, no estaban por la labor y asaltaron el Capitolio.
Pero, curiosamente, los de Pablo Iglesias, muy preocupados por esa intentona golpista, intentaron hacer pasar a los españoles por amnésicos. Y es que los morados, con su líder a la cabeza, trataron de asediar no una, sino dos veces el Congreso de los Diputados durante el mandato de Mariano Rajoy.
Sin embargo, tal y como recuerda este nevado 9 de enero de 2021 en La Razón el periodista Eduardo Inda, a los de Unidas Podemos les salió el tiro por la culata.
El director de Okdiario aprovecha lo acontecido en Washington para romper una lanza en favor de la Policía española, a la que califica de auténtica envidia y de la que se puede presumir ante las grandes potencias, amén, por supuesto, de provocar las aceradas críticas de un Pablo Iglesias que vio como los agentes impidieron a las hordas podemitas imponer su santa y comunista voluntad.
Inda subraya el hecho de que fue casi más preocupante la pasividad de los agentes estadounidenses que la propia invasión del Capitolio por parte de los seguidores del presidente saliente de los Estados Unidos:
Casi tan grave como el hecho en sí fue la facilidad con la que los locoides ultratrumpistas irrumpieron sin oposición de una Policía charlotesca. Vamos, que entraron como Pedro por su casa. El espectáculo fue patético, más propio de una república bananera que de la patria de Apple, Nike, Google, Amazon, los drones, Internet, el liberalismo económico o Harvard.
Por eso, ante el espectáculo que se vivió en la jornada del 6 de enerode 2021 en Washington, para Inda es imprescindible poner en valor el papel jugado por la Policía Nacional en aquellas turbulentas jornadas vividas en los exteriores de la Carrera de San Jerónimo.
Porque, subraya, a nadie se le puede engañar a estas alturas. Lo de ‘Rodea el Congreso’ ocultaba perfectamente un asalto a la Cámara Baja. Los de Podemos pretendieron hacer lo mismo que han logrado los extremistas republicanos en la capital de los Estados Unidos.
¿La diferencia entre ambos hechos? Que los agentes policiales españoles supieron estar a la altura para frenar las ansias de los partidarios de Iglesias:
Lo mejor de todo es que nuestros antidisturbios, las célebres UIP, no fueron unos pardillos como los washingtonianos: se fajaron y contuvieron a las sucias hordas podemitas que al grito de ‘Ante el golpe de la mafia, democracia’ intentaban tomar violentamente la Cámara Baja. Y lo consiguieron en un perfecto ejercicio de proporcionalidad’.
Inda deja claro que no es una hipérbole propia lo de calificar a los antidisturbios españoles como los mejores del mundo. Pone ejemplos claros de que cuerpos policiales de otros países reclaman consejo y recomendaciones a los agentes españoles cuando en sus países se enfrentan a graves revueltas:
Scotland Yard pide consejo cada vez que hay revueltas graves en Reino Unido. Los perroflautas podemitas intentaron plantarse en la casa de la soberanía popular para impedir «la investidura ilegítima de Rajoy» pese a haber ganado las elecciones de 2011 y 2016. Y se toparon con un dispositivo impecable, la antítesis de la chapuza yanqui.
De propina, pondera el hecho de la rabia que le produce al vicepresidente segundo del Gobierno el papel de la Policía española:
Que son unos cracks lo demuestra también la rabia del embajador del terrorista Otegi en Madrid, un Pablo Iglesias que, frustrado por no haber logrado sus fascistoides fines, se dedicó a expresar «su emoción» por el salvaje apaleamiento de un agente al que no mataron porque Dios no quiso. Lo de Washington certifica dos cosas: que tenemos una Policía para presumir y que los extremos se tocan.