El batiburrillo es enorme

Dolce far niente en el camarote de los Marx

La demanda de entradas para el espectáculo aumenta, sin que puedan atenderla debidamente porque los sistemas informáticos fallan y los empleados públicos hacen como que teletrabajan

Dolce far niente en el camarote de los Marx

Estos días, entre el ir y venir de ambulancias, policía, bomberos, servicios de limpieza y transporte de mercancías, el Camarote de los hermanos Marx está en su apogeo: el batiburrillo es enorme y el dolce far niente ha crecido entre buena parte de sus miembros, principalmente los más zoquetes, carentes de deberes y acaparadores de derechos.

Ayunos de obligaciones y encerrados en sus casas porque no hay cuatro por cuatro para todos, no saben qué hacer, se aburren, las series se les acaban, el twitter flojea y el sofá está duro y hay que levantarse para mullir sus cojines. ¡Qué pereza! La ociosidad campa a sus anchas, mientras unos dicen una cosa, otros la contraria, muchos pasan de largo y algunos no dan abasto para atajar el desorden. Falla la comunicación, flaquea el marketing y varios asesores no llegan a tiempo a las brainstorming del gurú de Moncloa, aunque se alegran de que sí lo haga su soldada mensual a la cuenta bancaria.

Que hay que confinar a toda la población aunque la economía quiebre porque yo soy funcionario y seguiré cobrando todos los meses: que no es necesario porque cuando les encerramos en casa el año pasado siguió subiendo la curva y el número de muertos, aunque ocultásemos muchos. Y además afectó a la economía y ¡qué coño!, la gente se muere siempre por una u otra causa y no vamos a prohibir ahora los coches porque provocan accidentes mortales.

Que los contagios han aumentado porque no se ha hecho lo que yo recomendé: que sí se ha hecho, joder, pero ha sido insuficiente porque eso de la co-gobernanza no funciona.

Que al paso que vamos no estará vacunada el 70 por ciento de la población antes del verano: que sí, ya verás como espabilan las Comunidades Autónomas en cuando Iván consiga que se piquen entre ellas para ganar el concurso de televisión. Nadie querrá ser el farolillo rojo.

Que qué hay de lo mío y está firmado en el programa conjunto de (des) gobierno: que ahora no es el momento pero todo llegará, no te preocupes, estate tranquilo un poco, ¡coño! No me da la gana, ¡leches!

Que por qué no bajamos el precio de la luz: que ya te he dicho que no se puede bajar el IVA porque lo impide la Unión Europea: que eso es mentira y basta con comunicarlo a Bruselas. ¡No te enteras María Jesús!

Que en Barajas los empleados de las quitanieves y de otros servicios de pista están en ERTE en sus casas mientras la UME de esa fascista de Margarita nos saca los colores: que no lo están y actúan con diligencia pero los pobres no pueden hacer más de lo que hacen.

Que cuándo me trae el Parque Móvil Ministerio el coche con tracción total para ir a la compra porque con el de ahora no llegamos ni a la esquina y ya no me quedan palomitas: que sí, que ¡no seas pesao! que está pedido pero los concesionarios se han quedado vacíos y las fábricas están a tope. ¡Eres un plasta!

Que es necesario un servicio de peluquería y maquillaje para que nos acicale antes de que comparezcamos ante las cámaras: que no es necesario y basta con venir lavado de casa y no con ¡esas pintas, so guarro!

Que las elecciones catalanas nos favorecen si son en febrero y nos pueden perjudicar si son en mayo: que sí, que tienes razón, pero qué quieres que te diga: yo ya hice mi trabajo designando a Salvador y Juan Carlos diciendo que aplazar las elecciones sería poner en suspenso la democracia, pero Miquel no hace nada porque está todo el día bailando. Además, la culpa es de Urkullu Rentería y Núñez Feijóo por haber hecho ellos lo mismo con las vascas y las gallegas. Y claro, ahora no hay manera de frenar a ese Aragonés García.

En fin, cuentan los acreditados que el pandemónium en el Camarote alcanza cotas sublimes y la demanda de entradas para el espectáculo aumenta, sin que puedan atenderla debidamente porque los sistemas informáticos fallan y los empleados públicos hacen como que teletrabajan.

¡Qué ebullición! ¡Qué obra más sublime! ¡Qué teatro más noble!

Los musicales han bajado el telón por falta de clientes pero el de Moncloa los ha sustituido con creces. Y encima se quejan los de eventos por competencia desleal. A ver, ¡que venga la CNMC y dictamine!

JORGE DEL CORRAL Y DIEZ DEL CORRAL

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Autor

Jorge del Corral

Hijo, hermano y padre de periodistas, estudió periodismo en la Escuela Oficial de Madrid. Ha trabajado en cabeceras destacadas como ABC y Ya. Fue uno de los fundadores de Antena 3 TV. Miembro fundador de la Asociación de Periodistas Europeos (APE) y del Grupo Crónica, creador de la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión (ATV) y fundador de la Unión de Televisiones Comerciales (UTECA). Un histórico de la agencia EFE, donde fue subdirector y corresponsal en Roma.

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