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Rafael López Charques: «Barra libre»

Últimamente parece que algunos, los morados, quieren que haya “barra libre”

Rafael López Charques: "Barra libre"

Prácticamente todos los días nuestros políticos nos deparan alguna sorpresa, puede que para mantenernos entretenidos o para desviar nuestra atención de lo que realmente debería preocuparnos. La verdad es que lo hacen bien, pues nos inundan con chorradas y los temas verdaderamente interesantes apenas salen a la luz, y cuando se hacen públicos, suele ser de manera difuminada.

Eso cuando no recurren a declararlos secreto de Estado, aún en contra de la Ley de Transparencia, con lo cual se cubren las espaldas.

Últimamente parece que algunos, los morados, quieren que haya “barra libre”. No, no se crean que nos van a invitar a los ciudadanos a copas gratis, aunque no sería así, pues de una forma u otra acabarían cargándoselas al Estado, es decir, las pagaríamos todos.

Quieren “barra libre” para los “delitos de opinión”, pues en su proposición de ley de protección de la libertad de expresión abogan por derogar los cuatro artículos del Código Penal que contemplan los mismos.

Parece ser que desean despenalizar las injurias a la Corona y a las instituciones del Estado, el ataque a los sentimientos religiosos y la apología del terrorismo. Es decir, en base a su interpretación “sui géneris” de la libertad de expresión, quieren que cada persona pueda decir la barbaridad que sea, sobre lo que le de la gana.

Este planteamiento choca con un principio básico, “la libertad de una persona termina donde empieza la de los demás”. Por otra parte recordemos una vez más lo que el insigne sociólogo Amando de Miguel sostiene, que la convivencia se basa en el respeto, que ha de ser mutuo.

En base a esa equivocada libertad de expresión que desean, se destruirá la convivencia, pues una persona podrá decir libremente lo que quiera sobre otra, aunque sea una ofensa sin temor a consecuencia alguna, lo que implica faltarle al respeto, y en consecuencia a la destrucción de la convivencia.

Es posible que sea esto último lo que desean. No olvidemos que las posiciones frente populistas, cuando han triunfado, ha sido en sociedades en descomposición, por una causa u otra. Si la convivencia desaparece, estamos ante el marco ideal para que triunfen las ideas extremistas que prometen todo, aunque no advierten que es todo es para ellos, y lógicamente a costa de los demás.

Por otra parte, y ello nos muestra la honestidad de sus planteamientos, y lo que en el fondo persiguen, varios líderes morados que claman por la libertad de expresión, han sido los primeros en denunciar a personas que han dicho cosas que no les gustaban. El escrache hecho a mis contrarios es jarabe democrático, deben tomarlo como un ejercicio de la libertad de expresión, pero si una persona se pasea por delante de mi casa comiendo un roscón y llevando una bandera española le pido cuatro años de cárcel. Naturalmente si me llaman señor marqués me ofendo porque me insultan.

El archivo por parte de la Audiencia Nacional de la causa por la que se investigaba a una persona que realizó disparos a fotos de miembros del desgobierno ha indignado a uno de los cabecillas morados, que por cierto no dice ni pio cuando se queman fotos del Jefe del Estado o la bandera nacional.

Lo comentado debe ser la razón por la que el jefe morado opina que no hay una situación de plena normalidad democrática en nuestro país. En cierto modo quizás tenga razón, pues si así lo cree, democráticamente debería dimitir y desde la oposición tratar de conseguirla, pero claro perdería el sueldo que le pagamos todos los españoles, y la pela es la pela.

La libertad de expresión es vital en la convivencia, pero no es barra libre.

Rafael López Charques

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