Cuando en España había estabilidad política y se alternaban en su gobernanza dos partidos hegemónicos: PSOE y PP, uno de centro derecha y otro de centro izquierda, uno liberal conservador y otro socialdemócrata, que facilitaban la formación del Gobierno al ganador en las urnas y sus señorías se respetaban, no insultaban y acudían con camisa, corbata y chaqueta, ellos, y bien vestidas, como ahora, ellas, un sociólogo y un politólogo compartían al alimón el prestigio, la solvencia y la credibilidad profesional en la opinión pública y entre compañeros e informados, además de la amistad y el respeto mutuo: José Félix Tezanos Tortajada y Pedro Arriola Ríos.
Santanderino uno, sevillano otro. De edad similar, eran hachas en eso de analizar las encuestas de opinión y, partiendo de ellas, proponer estrategias a su respectivo partido: Tezanos al PSOE, del que es militante desde 1973, y Arriola al presidente del PP, con el que le unía un contrato mercantil libre de militancia política.
En cuanto todo empezó a derrumbarse, incluido el aliño indumentario y las formas, después de haberlo hecho la ética y la honestidad, por razones que no son objeto de este artículo y han sido explicadas con magisterio por Antonio Elorza Domínguez en una entrevista en La Razón, surgieron partidos y líderes milagreros con grupos parlamentarios atrabiliarios: los noveles encarnando “una nueva política”, anunciando “el fin de la partitocracia” y asegurando “transparencia y gobierno de y para la gente”, y los viejos pidiendo perdón por sus bochornosos casos de corrupción y prometiendo regeneración.
Fue en este batiburrillo cuando Arriola y Tezanos iniciaron nueva época. El primero dio por terminada su etapa de tres décadas como asesor de José María Aznar López y Mariano Rajoy Brey y se instaló por su cuenta, y Tezanos aceptó en 2017 una oferta de Pedro Sánchez Pérez-Castejón para formar parte de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE como secretario de Estudios y Programas, hasta que en julio de 2018 solicitó la suspensión de sus funciones para centrase, ¡y de qué manera!, en su nueva responsabilidad otorgada a dedo por Sánchez: presidente del entonces prestigioso Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
Tezanos, doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid (UCM), ocupó la cátedra de Sociología en la Universidad de Santiago de Compostela (USC) y en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), donde fundó y puso en marcha la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología, de la que fue primer decano. Antes, entre 1974 y 1986, enseñó en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense. En paralelo con su actividad académica, fundó en 1981 la Fundación Sistema, de la que es presidente, que anima foros e investigaciones sobre tendencias políticas y sociales, y es director de la revista mensual Temas para el Debate y de la publicación académica Sistema. Ingresó en el PSOE en 1973, vinculado a la facción guerrista del partido.
En el trigésimo primer Congreso Federal fue elegido Secretario de Formación (enero de 1988), siendo reelegido para dicha responsabilidad en el trigésimo segundo Congreso Federal (diciembre de 1990), en sendas Comisiones Ejecutivas encabezadas por Felipe González Márquez. También fue miembro del Comité Federal del PSOE (1994-1997) y del Comité Regional del PSOE de Madrid (de 1980 a 1984). En 2017, en el trigésimo noveno Congreso del PSOE y como ha quedado dicho, Sánchez lo incluyó en la Comisión Ejecutiva Federal como Secretario de Estudios y Programas, y después le puso al frente del CIS para transmutarle en un órgano más al servicio exclusivo de Sánchez. Abducido por éste, como tantos otros a los que también se les ha extraviado el juicio, Tezanos se ha convertido en un pobre hombre que se ha cargado su prestigio y el del CIS manipulando y engañando con encuestas sesgadas, forzadas, siempre favorables al inquilino de La Moncloa y nunca confirmadas por la realidad. Las costaladas de quien ha devenido en pitoniso son ya históricas y se cuentan a pares.
Tras astillar la neutralidad del CIS desde que entró por la puerta del organismo y aumentar su presupuesto un 13,2% (hasta 9,2 millones de euros) para cumplir las órdenes de la División de Propaganda que tiene Sánchez en Moncloa, Tezanos rompió también su deber de imparcialidad y en el número de mayo de Temas llamó tabernarios a los votantes de Isabel Díaz Ayuso (olvidando que Pablo Iglesias Posse fundó el PSOE en la taberna madrileña Casa Labra) y de ella destacó su “escasa entidad intelectual”. El doctor en Ciencias Políticas y Sociología se pasó por la entrepierna la reiterada doctrina del Tribunal Supremo respecto al deber de neutralidad de cualquier organismo público y de la gravedad que supone vulnerarla.
Pero es lo mismo, si lo manda Mi persona se obedece. Y las consecuencias de esta servidumbre ciega y voluntaria son que José FélixTezanos, como Fernando Grande-Marlaska, Ángel Gabilondo Pujol, José Manuel Franco Pardo y muchos otros y otras, han arruinado su prestigio, después de perder la cordura, en aras de un mentiroso, humillador y embaucador que camina alegremente hacia el abismo con una corte de mantenidos aduladores detrás. Pobres. Nunca se vio tanta estulticia junta.
