Sabían que muchos españoles, gente temerosa del poder, estaban dispuestos a perdonar al Gobierno su atropello

«Si Sánchez no tiene perdón de Dios, cómo vamos a perdonarlo nosotros»

La ceremonia ha sido solemne y bonita.

En el patio del Palacio Real, este 15 de julio de 2021, en el centro de la Plaza de la Armería, 700 personas en círculos concéntricos, en torno a una llama votiva en recuerdo de las víctimas de la pandemia de coronavirus.

El periodista Fernando Ónega, jefe de prensa en su día de la Guardia de Franco, subdirector del diario falangista ‘Arriba’ y muy progre ahora que manda el PSOE, se encargó de conducir el acto.

Música de cámara, gestos serios y el Rey Felipe VI toma la palabra, para decir que España jamás olvidará a los ciudadanos que se enfrentaron a esta dura enfermedad y que es necesario mantener viva la memoria de los que fallecieron en soledad.

Se le olvido añadir –mirando a Pedro Sánchez al que tenía cerca- que murieron solos como consecuencia de un estado de alarma ilegal, que impuso usted y por el que se prohibía a la gente hasta acudir al entierro de sus parientes.

Hubiera sido traumático, pero quizá, cuando el Rey insistía en la necesidad de mantener viva la memoria de lo sucedido, podía haber aprovechado para preguntar por las 40.000 víctimas del Covid que todavía oculta el Gobierno PSOE-Podemos.

E incluso, si a los presentes no les parecía que, en un Estado de Derecho, el respeto de la ley es esencial.

Porque más grave aún que la decisión del Tribunal Constitucional de declarar contrario a la Carta Magna el primer estado de alarma, es la reacción del Gobierno socialcomunista a la sentencia del máximo intérprete de la Constitución.

Y lo que han hecho Sánchez y sus ministros es cargar contra los magistrados y poner en marcha su Brunete Mediática, para difundir la idea de que ha sido sólo por un voto y que, a fin de cuentas, lo importante era frenar al virus.

En una democracia como la nuestra no se puede a la ligera suspender derechos como la libre circulación o establecer la residencia en el lugar del territorio español que se desee.

Sin el adecuado soporte legal, el socialista Sánchez enjauló durante semanas a partir del 14 de marzo de 2020 a 46 millones de españoles.

Parecía un abuso y era un abuso.

Lo que choca y volveremos después sobre ello es la pasividad de la gente, la sumisión, la aceptación ovina, de tanta arbitrariedad.

Hay quien dice que en aquellos días aciagos de 2020 estábamos muertos de miedo y Sánchez y su gurú Iván Redondo, aprovecharon el momento.

Se aprovecharon, porque nos dejamos y produce rubor recordar que cuando miles de españoles, casi todos ancianos, miembros de la generación que más duro trabajó para levantar España, que llevaban décadas cotizando a la Seguridad Social, fallecían ahogados por falta de respiradores y UCIs, el personal se dedicaba a hacer el mamarracho en los balcones cada tarde, cantando idioteces e intercambiándose empanadillas.

Eso antes de irse a ver en la 1 de TVE una comedieta infame, titulada ‘Diarios de la Cuarentena’, que la televisión pública, con nuestro dinero, había encargado al castrista Carlos Bardem y otros amiguetes de La Moncloa.

En contra de la leyenda urbana, según la cual el español es un pueblo indómito y rebelde, viendo lo ocurrido durante la pandemia, se concluye que es –mayoritariamente- una masa sumisa, maleable, dócil y con tendencia incluso a la delación.

Repasando la sentencia del Constitucional, es evidente que el socialista Pedro Sánchez, con el respaldo de todo su Gabinete y la complicidad del conjunto del PSOE, ha cercenado libertades fundamentales y que lo hizo para evitar tener que pactar con la oposición.

Querían tener manos libres. Y las tuvieron, como prueba la forma en distribuyeron los contratos oficiales, las incontables multas, las patadas en la muerta y todos los atropellos.

¿Eran conscientes Sánchez y sus compinches?

Sí, pero también sabían que muchos españoles, gente temerosa del poder, estaban dispuestos a perdonar al Gobierno su atropello.

Bueno, una parte del pueblo puede consentir que le meen encima y hacer como que llueve, pero nuestro sistema institucional, nuestra democracia, España como Nación, ni puede ni debe.

Te puede interesar

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Los vídeos más vistos

Lo más leído