Es un perfecto conocedor de lo que sucede en Cuba.
Entre otras razones porque Carlos Herrera ha viajado muchas veces a la isla caribeña y sabe de primera mano como ha ido degenerando el régimen.
En parte, como bien expone este 16 de julio de 2021 en las páginas del diario ABC, por factores externos como cierto apoyos de políticos extranjeros que han comprado la mercancía tóxica y averiada en la que se ensalza la obra de Fidel Castro hasta extremos casi sagrados.
Lo que al director de ‘Herrera en COPE‘ le llama poderosamente la atención es el ejercicio de contorsionismo que viene dándose desde el Gobierno de España para no llamar por su nombre a lo que viene sucediendo en Cuba, ya no en estos últimos días, sino desde hace más de seis décadas.
Considera Herrera que al Ejecutivo no le interesa mostrarse tan abierto desde un punto de vista declarativo y ha buscado un truco, el decir lo que no es actualmente Cuba y así rebajar ciertas tensiones:
Cuando el Gobierno, a través de alguno de sus monigotes, dice que Cuba no es una democracia, está queriendo decir que es una dictadura. Pero sin decirlo. Alguien desde la cúspide ha dado la consigna: aquí no se dice abiertamente que es una dictadura porque no nos conviene, pero decimos que no es una democracia y a buen entendedor buenas palabras y tal y tal.
Para el columnista del diario de Vocento, la cuestión está más que clara, hay que defender los intereses de las empresas españolas en la isla, aunque ello conlleve a que Pedro Sánchez y varios de sus ministros tengan que quedar como ‘La Chata’ al no pronunciar la palabra dictadura:
¿Qué ocurre, entiendo yo? Que la parte más civilizada del Consejo de Ministros confía en que España, cuidando ciertas formas, pueda jugar un papel estratégico en una crisis aparentemente demoledora a la que pueda abocarse el desastre comunista que lleva sesenta años devorando a sus propios hijos. Solo en ese caso, merced a una estrategia de país destinada a salvaguardar los intereses españoles en la isla, cabe entender las posturitas aparentemente idiotas de un ministro tras otro.
Lo que sí tiene claro Carlos Herrera es que España tendrá un papel importante cuando el régimen castrista acabe por morir debido a las insoportables tensiones internas que se han desatado en los últimos días:
Si el pútrido sistema cubano fenece por presión de sus hastiadas bases, España puede jugar un papel que, a ojos vista de nuestra historia, resulta imprescindible.
Sentencia el periodista almeriense que cuando la dictadura cubana caiga, España tiene que estar ahí, aun cuando por estos lares se tenga a un Gobierno tan incoherente e inconsistente como es el de Pedro Sánchez:
Con Cuba, se derrumbará el cuento de los iberoamericanos peronistas y socialistoides. En ese momento es cuando España debe estar ahí; no se sabe muy bien cómo, pero debe estar ahí incluso a través de un Gobierno estólido como el de Sánchez. De ahí que digan bobaliconamente que no es una democracia. Sin decir que es una dictadura.