Es de cajón.
Imagine que es usted un granjero de Kansas, que sale adelante desafiando tornados, polvaredas, sequías y recaudadores de impuestos.
O un industrial de Illinois, acosado por sus tramposos competidores chinos, un genio tecnológico que ha montado con créditos una start up en Seattle o simplemente un financiero de Wall Street.
Y le dicen que hay que meter dinero al otro lado del Atlántico, en un país donde gobierna un tipo apellidado Sánchez, que tiene como socios de Gobierno a los comunistas y que diseña su política económica en sintonía con unos golpistas regionales y con los herederos de una banda terrorista.
Y que ese tal Sánchez no opina que en Cuba hay una dictadura, está a partir un piñón con los chavistas de Venezuela y es alumno aventajado de un tal Zapatero, que, en 2014, cuando los marines norteamericanos sufrían ataques yihadistas a diario, sacó sin avisar a las tropas españolas de Irak y dejó a sus aliados a la intemperie.
Pues me da que ese granjero, el industrial, el genio digital, el de los fondos y cualquiera en Estados Unidos con dos dedos de frente y una pizca de sensibilidad, no va a poner buena cara si le dicen que sus ahorros van a ser invertidos en España.
Tengo la impresión de que no van a picar ni los progres de Netflix, HBO, Disney y Warner, a los que Sánchez ofreció ayer convertir España ‘en el Hollywood de Europa’, eximiéndoles de impuestos y de trámites administrativos, si se vienen a filmar por estas tierras.
¿No les suena conocido? Hace casi 70 años, cuando aquí mandaba Franco, ya desembarcó Hollywood en estos lares.
Durante tres décadas, en pleno franquismo, España se convirtió en una sucursal de la meca del cine, acogiendo superproducciones como ‘El Cid’, ‘Doctor Zhivago’ o ‘La caída del Imperio Romano’.
Después vendrían ‘spaghetti western’ como ‘El bueno, el feo y el malo’ o ‘La muerte tenía un precio’, aprovechando el desierto de Almería, además de ‘Indiana Jones’, ‘Lawrence de Arabia’ o ‘Patton‘.
Pedro Sánchez, que retorna a España para irse de vacaciones a Doñana, en Falcón y a cuenta del contribuyente, ha estado tres días haciendo el ridículo por EEUU.
Ha dado alguna entrevista, de esas que salen carísimas porque se pagan bajo cuerda a la agencia de comunicación de Madison Avenue contratada para hacer gestiones y como no podía ser de otra manera, ha soltado muchas obviedades, alguna memez y una mentira sonrojante.
En concreto, que su especialidad como político ha sido cumplir.
Es de vergüenza ajena.
España no se merece un presidente de Gobierno que miente más que habla.
En todo este vodevil de la gira sanchista por EEUU, lo más estrambótico ha sido el papel del periodismo español y en concreto de la conocida como ‘Brunete Pedrete’, de la que forman parte destacada TVE, El País, Cadena SER, LaSexta y la legión de tertulianos en plantilla de La Moncloa.
Como para muestra basta un botón y para que no vomiten, solo reproduzco algunas de las lindezas que LaSexta, propiedad de Atresmedia –ese gigantesco conglomerado que demanda a Periodista Digital exigiendo 100.000 euros, porque según ellos nuestras informaciones erosionan sobre su sometimiento al Gobierno su imagen-, lleva todavía en sus redes sociales a propósito del líder del PSOE y como se le valora ahora en EEUU:
«Es un hombre precioso». «Se parece a Superman». «Él es muy sexy y también inteligente». «Pedro es fabuloso». «Sánchez causa sensación en EEUU tras una entrevista en ‘Morning Joe'».
LaSexta no tituló que Sánchez es Superman, como hizo la Cadena SER, pero si salió con eso de que “enamora a Estados Unidos y que su presencia en América suscita las ganas de venir de turismo a España”.
Seamos serios.
Como dice Carlos Herrera, a Sánchez no le ha saludo en su gira, “ni el vendedor de perritos de la Quinta Avenida”.