LASEGUNDA DOSIS

Alfonso Rojo: «Lo de VOX ha sido una bendición para la libertad»

Si son ustedes gente propensa al masoquismo y todavía siguen malgastando las veladas frente a la pantalla del televisor, viendo informativos infumables y debates sesgados, estarán muy familiarizado con el tertuliano de plantilla, que en general responde a dos modelos.

Uno es el afiliado a la ‘Brunete Pedrete’, que defiende a capa y espada al Gobierno Sánchez y a quien La Moncloa compensa, enchufando en diferentes cadenas públicas y concertadas, para que haga caja.

Otra especie es la del comentarista que no se traga los bulos oficiales ni bendice las pifias del tándem PSOE-Podemos, pero que antes de criticar a Pedro Sánchez, se siente obligado a sacudirle a Santiago Abascal.

Es el que alaba la Transición y defiende la Constitución, pero llama genocida a Franco, antes de decir que Cuba es una dictadura, jamás osa cuestionar la faceta siniestra del PNV como recogedor de nueces etarras, ni por asomo subraya el carácter racista del independentismo catalán, no se atreve a recordar el siniestro pasado guerracivilista y ladrón del PSOE y se revuelve incómodo si escucha que Podemos es un partido tan desquiciado como antidemocrático.

Cuando a Santiago Abascal se le pregunta por la clave de su popularidad, siempre contesta que se debe a que está «en sintonía con lo que piensan muchos millones de españoles».

VOX, con 52 escaños y siendo la tercera fuerza política de España, es etiquetado en los medios de comunicación como una organización de extrema derecha, populista, antinmigración y anti islam.

Da igual que Abascal repita alto y claro que defiende el orden constitucional, la unidad de España, la centralización del Estado, quiere que se controle la inmigración y que los cambios que propone, los plantea siempre dentro de la legalidad vigente.

No es cierta esa sandez, que repiten como un mantra en las televisiones, según la cual hasta que apareció VOX no se decía en voz alta que la Guerra Civil del 36 fue un horror, de cuyo estallido el PSOE tuvo mucha culpa y que la II República era un caos salpicado de matarifes.

VOX nació en 2014 y décadas antes, muchas veces con protagonistas de la tragedia fratricida todavía vivos y presentes, se discutió, escribió y debatió con fervor.

La gran novedad que supuso y supone la irrupción de VOX en el escenario es que, por fin, de forma pública, incluyendo por supuesto la tribuna del Congreso de los Diputados, se han alzado voces que disputan la verdad oficial.

Gente, que llevaba muchos años sin escuchar en un medio público o en las Cortes su versión de la Historia o de la realidad cotidiana la ha vuelto a oír.

Personas a las que hiere que socialistas y podemitas planeen volar la Cruz del Valle los Caídos, como hito del proyecto Anti-España diseñado por Zapatero y perfeccionado por Sánchez, saben que hay líderes que se movilizarán para impedirlo.

Se acabó lo de eludir el choque y mirar para otro lado.

Se ha abierto la veda y se ha ampliado el debate.

Ya era hora.

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