LA SEGUNDA DOSIS

Alfonso Rojo: “Sánchez y las vacaciones en el infierno”

Anda Pedro Sánchez como pollo sin cabeza, correteando de un lado a otro, haciéndose fotos a troche y moche y postulándose como el mayor acogedor de afganos de todo Occidente, pero no da la impresión de tanto frenesí vaya a hacer a la ciudadanía olvidarse de su imagen, tumbado a la bartola, untado de crema y panza al sol cuando el recibo de la luz se disparaba, la pandemia amenazaba de nuevo y los talibanes entraban en Kabul.

A Sánchez, desaparecido desde el 4 de agosto hasta hace escasamente tres días, se le han atragantado las vacaciones.

Biden, Merkel, Macron, Boris Johnson, Rutte, Draghi, Morawiecki… Uno tras otro, todos los líderes iban saliendo a la palestra, mientras que en nuestro país a Sánchez no se le escuchaba ni respirar.

Ha quedado para siempre retratado como el único mandatario de un país importante de Occidente que permanecía completamente mudo y ajeno a ante una tragedia de proporciones dantescas, que amenaza hasta nuestra seguridad.

Y no sólo él.

En los momentos más dramáticos, cuando políticos, periodistas y opinión pública ponían el foco en Afganistán, aquí no se sabía nada tampoco ni de los ministros de Defensa, Exteriores o Presidencia.

Para el Gobierno PSOE-Podemos, este agosto de 2021 es ya un mes para olvidar.

Y como todo lo que puede empeorar, empeora, Sánchez se acaba de dar de bruces con una nueva encuesta en la se reafirma la tesis de que, si hubiera elecciones generales, la ciudadanía lo echaría a patadas de La Moncloa.

Más de cuarenta días después del baile de ministros, el PSOE sigue cayendo en los sondeos.

El estudio de Electomanía, hecho público hace unas horas, pronostica que los socialistas se quedarían en 96 escaños, 24 menos de los que tienen ahora.

Sumando las dos docenas que se vaticinan a Podemos y los 7 que supuestamente conseguirían los de Más Madrid, la izquierda queda a una distancia enorme de la mayoría absoluta.

Ni siquiera le serviría esta vez reeditar el pacto Frankenstein con PNV, proetarras de Bildu, zarrapastrosos periféricos, golpistas catalanes y otras hieras.

PP y VOX, juntos, podrían formar Gobierno en España y con cierta holgura.

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