LA SEGUNDA DOSIS

Alfonso Rojo: «El socialista Sánchez y el clan de la ‘doble zeja’»

Le han dado otra vez la del pulpo a Pedro Sánchez.

El líder del PSOE, desesperado por remontar en las encuestas, continúa con su ‘vuelta a España’ propagandística y hoy ha recalado, rodeado de máximas medidas de seguridad, en Guadalajara.

Para evitarle abucheos como el que recibió hace una semana en la extremeña Navalmoral de la Mata, el equipo publicitario de La Moncloa blindó a su jefe, prohibiendo incluso a los periodistas captar en directo la llegada.

De poco le ha servido. Iba Sánchez a ponerse medallas con el porcentaje de españoles vacunados ya contra el coronavirus y fue recibido a los gritos de “mentiroso compulsivo”, “sinvergüenza”, “jeta” y “enterrador”.

Suena fuerte y habrá quien lo encuentre hasta desagradable. Ignoro los motivos concretos de los ciudadanos que insultaban al socialista, pero si sé qué motivos no les faltan.

No es sólo que el precio de la luz se haya multiplicado por tres desde que PSOE y Podemos están en el Gobierno o que ayer batiera nuevo record, es que nos deben tomar por tontos.

Nos mean encima y pretenden que digamos que llueve.

Seguro que recuerdan que el pasado 31 de marzo de 2020, el mismo día en que fallecieron en España víctimas del COVID 913 personas y cuando se decía que no había mascarillas, ni UCIs, ni dinero para respiradores, el Gobierno Sánchez aprobó una ayuda de 15 millones de euros para las opulentas televisiones privadas y sus palmeros.

Pues ahora, en una maniobra destinada a comprar voluntades y críticas favorables, han decidido conceder un millón de euros, a 100 ‘autores’ de su cuerda, para que salgan al extranjero a ‘inspirarse’.

Cada colega beneficiado, seleccionado naturalmente a dedo por el ministro Iceta, recibirá 5.000 euros al mes y podrá elegir destino.

Ya les adelanto que no serán legión los que escojan Kabul o Caracas.

De lo que se trata, con estas vacaciones pagadas a cuenta nuestra, es de configurar –a imagen de lo que hizo Zapatero- es de configurar una nueva cofradía de la zeja.

De poco, en mi opinión, les va a servir a Sánchez y sus compinches, porque la gente se ha hartado y tengo la impresión de que ya no se traga las bolas que salen de Moncloa y difunden a granel la cadena de televisión y los tertulianos de la Brunete Pedrete.

Sánchez acaba de anunciar a bombo y platillo una subida de 15 euros en el salario mínimo interprofesional.

No voy a entrar en el fondo del asunto. Me voy a limitar, de momento a poner en perspectiva esa subida con otras cifras, como son los 80.953 euros que cobra de sueldo el presidente o los 65 millones que cuestan los 1.200 asesores de su entorno.

Sánchez, como hizo Zapatero en su día y bajo el eufemismo de ‘personal de confianza’, ha convertido la Administración pública en un refugio para amiguetes y enchufados, justo cuando empeora la situación del mercado laboral en el sector privado, siguen las colas del hambre y los precios se disparan.

El recibo de la luz es una estaca clavada en la nuca del Gobierno socialcomunista.

Y lo peor es que PSOE y Podemos, los que más cacareaban antaño, no saben qué hacer.

A Sánchez, el invierno que viene se le va a hacer muy largo.

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